Entre las más de 400 piezas que incluye el libro Aquí estuvo Cauduro (Trilce Ediciones, 2021), que sin duda es el mejor libro que se ha realizado sobre el trabajo de Rafael Cauduro (Ciudad de México, 1950), destacan alrededor de 50 creaciones nunca publicadas que dan cuenta de su faceta menos conocida, la de dibujante, registrada en más de un centenar de cuadernos con sus dibujos que por primera vez salen a la luz.
“Muchos de estos dibujos funcionan como piezas propias y otros son bosquejos previos a una obra determinada, lo que realmente nos permite ver es la búsqueda, cómo era que él iba evolucionando en su quehacer plástico y qué es lo que quería que al final terminara en la tela; esa es una de las cosas muy importantes de las que da cuenta este libro, a partir de la mirada y el estudio de Luis Martín Lozano”, asegura Juan Rafael Coronel Rivera, autor del texto introductorio del libro.
La obra de más de 500 páginas, que incluye textos de Luis Martín Lozano, Gonzalo Vélez, Dina Comisarenco, Gerardo Kleinburg y el propio Juan Rafael Coronel ofrece al lector dibujos que estaban completamente inéditos.
“Nunca se habían utilizado en ninguna investigación anterior, esa es una aportación fundamental porque muchos de esos dibujos son preparatorios, son los bocetos para determinados cuadros, los cuales se analizan en el libro y se ponen los bocetos y el resultado de la pintura; otros bocetos son independientes y funcionan como un dibujo único, con una vida propia, y otros son, digamos, los bocetos preparatorios para el mural de la Suprema Corte de Justicia, que nos permiten ver la profundidad del artista”, apunta Coronel Rivera.
El crítico e historiador del arte dice que Cauduro pasa por muchas etapas, “está la etapa formativa, luego viene la etapa con la que se da a conocer, que es esta serie de pinturas que son a veces casi hiperrealistas, pero ya a partir de los años 90 o 2000 se reinteresa otra vez por temas fundamentales de orden social; a mí me interesa mucho porque lo conecta precisamente con el muralismo de la segunda década del siglo XX”.
La justicia social es uno de los temas fundamentales en la obra de Cauduro, y es clara en el mural que hizo para la Suprema Corte de Justicia de la Nación, titulado Un clamor por la justicia. Siete crímenes mayores, que es un recordatorio de la violencia que permea en el país desde hace mucho tiempo.
“Es una pieza excepcional; desde allí recupera precisamente esta cuestión con el orden social, a partir de este mural y de haberse adentrado en este tema es que luego Cauduro va a dar cursos a las cárceles de mujeres y tiene toda esta otra idea de ayuda que es fundamental en su arte”, apunta Coronel Rivera.
Esa característica es la principal apuesta que separa a Cauduro de otros artistas de su generación, “por ejemplo, hay otro figurativo hiperrealista extraordinario que es Arturo Rivera, pero él no aborda esos temas, en realidad esto es una recuperación de Cauduro”.
El arte nunca está desasociado ni de su época ni de la estructura política y social que lo genera, agrega Coronel Rivera, quien reconoce que Rafael Cauduro, conscientemente absorbe la realidad y aporta una opinión: “Cauduro sí se hace partícipe y testigo, y da su opinión, por eso es que acudo tanto a la estructura social, política y cultural de la época en la obra de quien es uno de los grandes artistas mexicanos con reconocimiento mundial”.
Para Coronel Rivera, lo poderoso de Cauduro es que nunca ha dejado de investigar. Una de sus últimas aportaciones es el arte en vidrio, al que llega luego de su viaje a las islas de Murano, en Italia, “realmente logra hacer una técnica completamente nueva, en la cual el dibujo queda como a la mitad del bloque de cristal y con eso logra una textura y unas capas que no habíamos visto nunca. Este tipo de aportaciones es lo que realmente hace que Cauduro sea este autor fenomenal”, dice Coronel, quien señala que en su etapa de escenógrafo busca “ver sus cuadros en movimiento”.
Aquí estuvo Cauduro se presentará el 26 de mayo, a las 18:30, en el Anfiteatro Simón Bolívar del Colegio de San Ildefonso (Justo Sierra 16, Centro) con la participación de Luis Martín Lozano, Gonzalo Vélez, Dina Comisarenco, Gerardo Kleinburg, Elena Cauduro y Déborah Holtz. Y se inscribe en el marco de la exposición “Un Cauduro es un Cauduro (es un Cauduro)” que se exhibe desde febrero en San Ildefonso.