Luego de recorrer una parte de la Ruta Wixárika, desde Real de Catorce hasta el Cerro del Quemado, el documentalista mexicano Christian Palma (1979, CDMX) conoció a los Maraka’ames —guías espirituales o chamanes de la cultura wixárika—, y atestiguó los rituales que guían a esta comunidad en su conexión con la naturaleza y sus tradiciones ancestrales.
En el marco de la inscripción de la Ruta Wixárika a la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, y como un festejo por cumplir 25 años dedicado a la fotografía, Palma presenta “Nierika Wirikuta. La piel de Wirikuta”, exposición que se compone de 24 fotografías que muestran los rituales de los wixárikas (también conocidos como huicholes) en su camino para llegar a Wirikuta, en San Luis Potosí.
Más profundo, cuenta el fotógrafo en entrevista, es el motivo por el que los huicholes emprendieron aquel viaje de más de 600 kilómetros hace 13 años, que en uno de los recorridos que hizo Palma por el ancestral camino.
Destacan legado
“La exposición da cuenta de un peregrinaje que hicieron todas las comunidades wixárikas para preguntarle a sus deidades qué tenían que hacer con el problema de las mineras”, relata el documentalista.
Palma detalla que la exhibición fue curada por el fotógrafo Pedro Valtierra, quien eligió una serie de imágenes que muestran personas y paisajes que ponen el alto a los wixárikas como una cultura ancestral que continúa transmitiendo su legado a las jóvenes generaciones. “Podemos ver la grandeza de la comunidad wixárika en su forma, en su identidad, en sus atuendos, en la forma en cómo se presentan incluso con la naturaleza”, apunta.
El fotógrafo detalla que fue en Real de Catorce donde el problema de las mineras estaba vigente en aquel entonces, pero que es un problema aún hoy vigente. “(Las mineras) han impactado justo en la ruta wixárika, ellos tienen una conexión fuerte con la tierra, con el desierto, ellos lo que sentían es que le estaban extrayendo las tripas del desierto, a los minerales”, señala.