El mundo sufre pérdida de biodiversidad

Las extinciones masivas anteriores sucedieron en los periodos: Ordovícico-Silúrico, hace 439 millones de años; Devónico (tardío), hace 364 millones de años; Pérmico-Triásico, hace 251 millones de años; Triásico (finales), entre 199 y 244 millones de años; así como durante el Cretácico-Terciario, hace 65 millones de años; en este último desaparecieron los dinosaurios.

Se considera extinción masiva, al proceso en el que la tasa de desaparición de las especies se da a mayor velocidad en comparación con el ritmo normal, es decir, una especie extinta entre 10 mil especies, en un periodo de 100 años. La tasa de extinción actual es 6 mil 500 veces más acelerada.

Señales de alarma

Datos que posee la Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad (Conabio) indican que en México se han extinguido por lo menos 135 especies, entre las que se incluyen: 43 de peces, 29 de anfibios, 26 de plantas, 19 de aves, 15 de mamíferos y tres de crustáceos. Más de la mitad eran especies endémicas (aquellas que solo habitan en un lugar específico), lo cual significa que su pérdida es definitiva.

La pérdida y deterioro de los hábitats es la principal causa de pérdida de biodiversidad. Al transformar selvas, bosques, matorrales, pastizales, manglares, lagunas, y arrecifes en campos agrícolas, ganaderos, granjas camaroneras, presas, carreteras y zonas urbanas destruimos el hábitat de miles de especies.

Muchas veces la transformación no es completa pero existe deterioro de la composición, estructura o función de los ecosistemas que impacta a las especies y a los bienes y servicios que obtenemos de la naturaleza.