El origen

El Origen, su obra cumbre con la que demuestra que todo es posible, no solo en el terreno de esta ciencia, sino en la industria cinematográfica misma al complacer perfectamente a aquellos fanáticos que esperan ver que las gigantes inversiones que realiza la industria de Hollywood se vean transformadas en obras robustas que combinen tecnología, con una buena historia y, los intereses comerciales, con una buena técnica. Todo esto se conjuga en un único producto escrito y dirigido por Nolan en esta su séptima película que después de su estreno en Estados Unidos el pasado 16 de Julio, sigue encabezando la lista de lo más visto con un recaudo mundial de más de 380 millones de dólares.

Un verdadero reparto

No solo Dicaprio, Ellen Page, Marion Cotillard aparecen en la cinta sino un reparto verdaderamente de lujo que hace las delicias de la película como Cillian Murphy y los veteranos Michael Caine y Tom Bergenger. Sin embargo, dos espacios importantes hay que reservarle a Leonardo Dicaprio y Marion Cotillard. El primero porque, al igual a como lo hizo en La Isla Siniestra, desarrolla un papel que no se aleja mucho en propuesta psicológica a este, además demuestra el nivel y el ascenso en su trabajo actoral. Durante este 2010, este actor ha contado con la fortuna de trabajar con dos directores brillantes como Scorsese y Nolan y eso mal que bien se materializa en lo que hoy en día estamos viendo en la pantalla grande con un Dicaprio más maduro y con papeles sorprendentes.

Por su parte a Cotillard la acompaña esa innata sofisticación que en este papel se hace más relevante que nunca. Su aparición en Inception es medida, no constante, pero vital para la historia, tan imprescindible como la canción “Non, je ne regrette rien” de Edith Piaf, que acompaña sus apariciones como anuncio al espectador y que sirve para sacarnos del sueño/misión y adentrarnos en el sufrido, pero también onírico mundo de Cobb. Por supuesto esta canción es un guiño inmediato a la misma Marion Cotillard al recordar el papel que la hizo merecedora al Óscar como Mejor Actriz en el 2008 (La Vida en Rosa: La vida de Edith Piaf).

La banda sonora y las teorías sobre sueños

El compositor Hanz Zimmer ha participado en varias ocasiones con Nolan y ya ha impuesto un sello propio que es perfectamente identificable en las producciones que participa. No son en vano sus nueve nominaciones a los Oscar dentro de su categoría (obtuvo una por El Rey León). Haciendo lectura de las emociones que pretende transmitir el director, Zimmer le aumenta solidez a las escenas con sus sonidos. Ya muchos reconocerán varios de ellos pues les recordaran a Batman en especial la del Caballero Oscuro. La música incluye creaciones de lujo que además sirven a manera de “haz de luz”, pues entregan pistas sobre la película. Algunos de los títulos son:

n “Paradox”: Un principio básico de la película.

n “We built our own world”: Que define la bella esencia a la que pretende llegar Nolan.

n “Radical Notion”: Con relación a la corriente del constructivismo gustosa de los físicos y psiquiatras y muy de la mano de esta película por su concepto acerca de las ideas.

n “One Simple Idea”: Como la teoría del profesor Penrose y su paraíso de los sueños matemáticos. Verán una escena en la que aparece “La Escalera de Penrose”. Un concepto que nos hablaba acerca de que la mente y el cerebro son dos entidades separables. y finalmente,

n “Time”: Porque le da dimensión a la película. La relatividad del tiempo entre la realidad y los sueños se convierte en un intangible que junto a la gravedad es manipulado por Nolan a través de unos impecables efectos visuales.

Las visuales irreales de un sueño

Quizá otro de los aspectos que más destacan en toda la película, son las constantes modificaciones que se hacen de la realidad en el mundo de los sueños, pues ahí nada tiene un limite, y esto es algo que supo ver muy bien Nolan para crear fantásticas escenas de edificios completos en el aire o cualquier desafío a la gravedad posible.

A esto le podemos sumar la arquitectura que vemos en la película, ya que nos lleva a todos lados: Una ciudad como Nueva York hasta un barrio con su clásico toque Italiano, pero obviamente en el mundo de los sueños vemos lugares irreales y fantásticos como barrios completamente desgarrados por la posibilidad de los sueños y ciudades al lado de un océano. El resto es mejor descubrirlos viendo la película.

Es un largometraje que tiene acabados técnicos tan impresionantes que es de dudar que estos envejezcan de mala manera, de aquí a 20 años más se seguirán viendo genial sin ser opacados por cualquier técnica moderna de efectos especiales. Esto último es porque Christopher Nolan es un partidario total de los efectos prácticos por delante de los especiales, recordemos que en The Dark Knight, realmente hicieron explotar un hospital para lograr una escena redonda.