"México * Agencias. El 16 de octubre de 1999, el Instituto Hondureno de Antropología e Historia dio a conocer una noticia que se había mantenido oculta durante varios meses: una pieza de jade maya, valorada en 100 mil dólares, fue robada de las bodegas del Antiguo Colegio de San Ildefonso, donde formaría parte de la magna exposición ""Los mayas"".

La figurilla desapareció de las bodegas, se dijo en su momento que debido a la falta de un espacio permanente para resguardar las obras dentro del recinto, que no cuenta con acervo propio, lo cual propició la adaptación de un lugar sin las medidas de seguridad adecuadas.

El hurto estuvo cerca de provocar un conflicto diplomático, debido a la falta de explicaciones y al hecho de que hasta policía hondurena vino a México a investigar la desaparición de la pieza.

La historia de robos de piezas arqueológicas o artísticas no es reciente ni problema exclusivo de México, este hecho sucede en todas partes del mundo.

Sin embargo, el problema más grave en el patrimonio arqueológico se relaciona con el saqueo a las zonas, sobre todo a aquellas en las cuales los investigadores todavía no se concentran.

Aun cuando en los sitios arqueológicos más representativos hay vigilancia, todavía se sufre por el acoso de saqueadores y no sólo pertenecientes a las grandes mafias internacionales, sino hasta a los habitantes de las comunidades cercanas, quienes después las ofrecen en sus pueblos o a los mismos arqueólogos con la esperanza de obtener unos pesos por las piezas.

La lucha contra este problema resulta difícil, ante las miles de zonas arqueológicas distribuidas en todo el país, se habla de la existencia de 33 mil sitios arqueológicos y sólo 173 abiertos al público.

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