El pueblo fantasma con 9 habitantes

El pasar del tiempo es, en ocasiones, inclemente. En su transcurrir, las circunstancias y el azar juegan un papel determinante en el desarrollo de las sociedades. Con una historia tan rica y turbulenta como lo es la de México, no debe sorprendernos que haya casos de pueblos fantasmas, con apenas algunos vecinos.

Tal vez no exista un ejemplo más paradigmático como el de El Tapado, en el estado de San Luis Potosí. Dedicada en sus días de esplendor a la extracción de sal, hoy en día apenas viven nueve personas en las ruinas de esta localidad.

El Tapado se ubica en el municipio de Moctezuma, en el estado de San Luis Potosí. Se encuentra a mil 939 metros de altura sobre el nivel del mar. El pueblo se fundó en el siglo XVI y se llamaba originalmente Zamorelia. Su establecimiento se debió al descubrimiento de la salinas de Peñón Blanco. Desde aquél momento, hasta la independencia de México, las minas de sal estuvieron bajo la administración de la corona española a través de la Real Hacienda.

Una vez que el país fue completamente libre del dominio hispánico en el siglo XIX, Zamorelia vivió su momento de mayor auge. El gobierno de Antonio López de Santa Anna vendió las salinas al poderoso empresario Cayetano Rubio, un amigo personal del general. Posteriormente, el yerno de Rubio, Joaquín María Errazu, las compró. Durante todo este tiempo, Peñón Blanco fue una importante empresa y por décadas mantuvo el monopolio de la sal en el norte de México. Esto le brindo una etapa de esplendor al pueblo, dedicado al trabajo en los yacimientos salinos.

El inicio de su paulatino abandono

En 1858, nace el caserío de El Tapado, que era colindante por el norte con Zamorelia. En medio del auge de la explotación de sal en la región (propiciada por el gobierno estatal), ambos sitios terminan conformando un mismo núcleo habitacional, sin distinción. Pronto al pueblo del siglo XVI se le conoció bajo el nombre del segundo. La población de la localidad llegó a contar con dos mil personas.

Hacia 1906, la familia Errazu decidió vender las salinas a una empresa británica, The Salinas of Mexico Limited. Con la nueva administración, la producción de sal empezó a decaer. Sin embargo, el punto fulminante fue la Revolución Mexicana, cuyos avatares terminaron deteniendo completamente el trabajo en las minas. Esto obligó a mudarse a buena parte de la población. En 1930, El Tapado quedó aún más mermado con el reparto agrario.

Un pueblo con escasos habitantes

De acuerdo con lo registrado en el censo del Inegi del 2020, en El Tapado apenas hay nueve habitantes: seis hombres y tres mujeres, la mitad de ellos con más de sesenta años de edad. En el año 2005 se tenían registradas doce personas viviendo en el pueblo.

A pesar de que el fin de la explotación salinera de la región y otros eventos han mermado considerablemente la población del sitio, actualmente vive una intensa actividad turística. Y es que su fama de pueblo fantasma ha atraído a curiosos, periodistas y exploradores urbanos, deseosos todos ellos de conocer más sobre este recóndito lugar. Hay algunos que dicen que inclusive les recuerda a Comala, el pueblo de la novela Pedro Páramo, de Juan Rulfo.