El retrato de Dorian Gray

El retrato de Dorian Gray

En la Inglaterra victoriana, Basil Hallward es un artista que queda fuertemente impresionado por la belleza estética de un joven llamado Dorian Gray, a quien comienza a admirar y considerar su musa definitiva. Un día Lord Henry Wotton, un amigo de Basil, lo observa pintando el retrato de Dorian Gray. Dorian llega poco después y conoce al hedonista Lord Henry, el cual piensa que “lo único que vale la pena en la vida es la belleza, y la satisfacción de los sentidos”.

Al darse cuenta de que un día su belleza se desvanecerá, Dorian desea tener siempre la edad de cuando Basil le pintó en el retrato y que sea este el que envejezca en su lugar. Bajo la influencia de Lord Henry, a sus 17 años Dorian explora plenamente sus sentidos y su sensualidad.

Una noche descubre a Sibyl Vane, una actriz que representa obras de Shakespeare en un sucio teatro de clase trabajadora. Dorian la corteja y pronto le propone matrimonio. Sibyl cuenta sus planes a su madre y a su hermano James, refiriéndose a su prometido como el “Príncipe Encantador”. James le advierte de que si este le hace daño alguna vez, él lo matará.

Dorian invita a Basil y a Lord Henry a ver actuar a Sibyl en una representación de Romeo y Julieta. Sin embargo Sibyl, embargada por la emoción del próximo matrimonio y demasiado enamorada de Dorian, pierde interés en el teatro, por lo que esa noche interpreta pésimamente a Julieta. Esto hace pensar a Basil y a Lord Henry que Dorian se ha enamorado de Sibyl por su belleza y no por su talento. Después de la función un avergonzado Dorian rechaza a Sibyl, diciendo que su belleza radicaba en su arte de la actuación; sin ello, ya no le interesa. Cruelmente, Dorian decide romper la promesa de matrimonio y no volver a ver a Sibyl. De regreso en casa, Dorian se da cuenta de que el retrato ha cambiado; su deseo se ha hecho realidad, y el hombre del retrato lleva una sutil mueca de crueldad. A partir de entonces, la edad y los pecados que Dorian cometa se verán marcados en el retrato mientras que él mismo conservará su aspecto exterior sin ningún cambio.

Golpeado por la conciencia y la soledad, Dorian decide reconciliarse con Sibyl, pero a la mañana siguiente Lord Henry le da la noticia de que ella se ha suicidado tomando ácido prúsico. Dorian comprende que, hacia donde dirija su vida, la lujuria y la belleza serán suficientes. Dorian encierra el retrato en una habitación a la que solamente él tiene acceso y, durante los siguientes dieciocho años, experimentará todos los vicios posibles, bajo la influencia de una novela francesa moralmente venenosa que le regaló Lord Henry.

Una noche, antes de partir hacia París, Basil va a casa de Dorian para cuestionarlo acerca de todos los rumores que circulan sobre sensualismo autoindulgente, sus pecados y vicios, y las personas corrompidas por su influencia. Dorian no niega su libertinaje y lleva a Basil a ver el retrato. El retrato se ha vuelto tan horrible que Basil solo puede identificarlo como suyo por la firma que aparece en él. Horrorizado, Basil suplica a Dorian que rece por su salvación. Furioso, Dorian culpa al propio Basil de su destino y en un arranque de odio lo mata apuñalándolo. Para deshacerse del cadáver, Dorian chantajea a un viejo amigo, el científico Alan Campbell, para que utilice sus conocimientos de química para destruir el cuerpo de Basil.