Hasta ahora los mecanismos subyacentes a este vínculo no eran claros. Una nueva investigación reveló cómo uno de sus compuestos interrumpe la formación de placas tóxicas
¿Qué es el Alzheimer?
La enfermedad de Alzheimer es una afección neurodegenerativa progresiva caracterizada por una disminución de la memoria y el pensamiento, así como por problemas de comportamiento.
Las causas precisas de la enfermedad de Alzheimer siguen sin estar claras, pero se cree que el beta-amiloide juega un papel clave. Esta proteína puede agruparse, formando placas que interrumpen la comunicación entre las células nerviosas.
Se estima que casi 50 millones de personas en todo el mundo viven con esta enfermedad. Estudios recientes arrojan luz sobre cómo EGCG podría ayudar a prevenir la formación de la placa beta-amiloide, acercando a los científicos a estrategias de prevención muy necesarias para el mal de Alzheimer.
¿A quienes le afecta?
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la demencia afecta a 47 millones de personas en el mundo y cada año se registran 10 millones de casos nuevos.
La enfermedad de Alzheimer es un tipo de demencia que afecta entre 60 y 70 por ciento de los casos mundiales, originando una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre quienes la padecen.
En ese sentido, un estudio hecho por investigadores pertenecientes a la Universidad de McMaster en Canadá, encontró que un compuesto llamado galato de epigalocatequina (EGCG por sus siglas en inglés), sustancia química o polifenol propio del té verde, altera la formación de placas tóxicas que contribuyen al desarrollo de Alzheimer.
Especialistas en demencia explican que la enfermedad no es exclusiva de la tercera edad pues adultos jóvenes también la padecen. Además, pronostican que en 20 años la cifra de personas con Alzheimer se duplicará y para 2050 habrá más de 130 millones de hombres o mujeres enfermas.
Consumo del té verde
El compuesto encontrado en el té verde detiene la formación de placas del péptido o microproteína beta-amiloide, las cuales son dañinas y características de la enfermedad de Alzheimer. Por tal razón, los investigadores sugieren que los extractos de té verde podrían usarse en la prevención de este padecimiento.
Debido a que actualmente no hay cura para el Alzheimer, se sugiere que una vez que surjan los primeros síntomas se solicite la intervención temprana. Asimismo, consumir extractos de té verde o sus derivados, hasta 15 o 25 años antes de la adultez y la vejez, podría ser una alternativa de prevención para la enfermedad.