El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) enfrenta una crisis económica por tres factores: un presupuesto anual insuficiente, los recortes del 75 % a gastos de operación anunciados desde el gobierno federal y la imposibilidad de percibir recursos autogenerados, situación que se desató hace tres meses porque debido a la pandemia de covid-19 sus museos y zonas arqueológicas debieron cerrar.
Desde el 23 de marzo, los espacios del INAH suspendieron actividades y con ello se cerró la oportunidad de percibir los recursos autogenerados, que son destinados para el Capítulo 1000 Servicios Personales, por lo que ahora el Instituto se encuentra en negociaciones con la Secretaría de Hacienda para hacerse acreedor a una ampliación líquida, que es un aumento al presupuesto total autorizado; pese a esa situación, su director, Diego Prieto, dijo que el INAH “no ha dejado de funcionar”.
Los autogenerados, explicó el antropólogo Bolfy Cottom, exsecretario técnico del INAH, son el producto de lo que se obtiene por la prestación de servicios en museos o zonas arqueológicas, a través de un mecanismo que fue planteado desde la creación del INAH hace 81 años.
“El INAH tiene la facultad para la prestación de servicios —educativos, de visitas a sitios arqueológicos, museos; así como publicaciones—, lo que significa un cobro. La idea se planteó cuando se hizo un estudio comparativo con otras instituciones, en particular con las de Francia, y se vio que para poder brindar este servicio tenía que dársele cierta naturaleza jurídica, bajo el argumento de que nunca son suficientes los recursos que se le otorgan a una institución de este tipo”, dijo Cottom.
Sin embargo, no todos los autogenerados se quedan en el INAH, porque debido a procesos burocráticos, lo captado debe de irse a la cuenta concentradora de la Tesorería de la Federación (Tesofe), y después, a través de la Secretaría de Hacienda, solo una parte de esos recursos regresan a la institución encabezada por el antropólogo Diego Prieto.
“Esos autogenerados no se asignan, son para el déficit presupuestal de inicio que se concentra en el Capítulo 1000 Servicios Personales y que por supuesto no alcanza. No es que se le den a melón o sandía, es que ese recurso, de entrada, ya está ocupado en compensar el déficit presupuestario”, enfatizó Prieto.
El año de las pérdidas
El INAH tenía un presupuesto autorizado para 2020 de 3 mil 918 millones; de ese total, de enero a abril ejerció mil 547 millones, por lo que el Instituto solo se quedó con 2 mil 363 millones; sin embargo, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó medidas de austeridad, entre ellas la reducción del 75 % a gastos operativos.
Esa reducción le implicó al Instituto un recorte de 739 millones de pesos, por lo que se quedó con mil 623 millones para ejercer entre mayo y diciembre de este año.
Además de esas medidas, la pandemia ha impedido que el INAH capte recursos a través de los servicios que ofrecen, mismos que en otros años les ha permitido coadyuvar al déficit presupuestario.
La cantidad de los recursos autogenerados es relevante porque en 2019 se alcanzó una cifra de 780 millones, aunque después de entregarlos a la Tesofe, únicamente regresaron al INAH 537.6 millones.
“En 2013, los autogenerados estuvieron en el orden de 340 millones de pesos y al terminar ese sexenio habíamos subido a 710 y el año pasado llegamos a 780 millones. Este año íbamos muy bien, tan solo en enero y febrero llevábamos recuperados como autogenerados 210 millones, algo que no había ocurrido en el mismo periodo en años anteriores”, señaló Diego Prieto.
El director del INAH dijo que al ver las cifras de los primeros meses, se plantearon un horizonte de 800 millones, cantidad con la que “íbamos a poder hacer frente a nuestros déficts, pero no se pudo por una situación que no fue provocada por alguien en particular sino por el virus SARS-CoV-2”.
La situación crítica en la que se encuentra el INAH ha sido condenada por medio de cartas públicas firmadas por investigadores, escritores y diversas instituciones tanto nacionales como extranjeras.
Ante los recortes al INAH, Prieto indicó que trabajan en conjunto con Omar Monroy, de la Unidad de Administración y Finanzas de la Secretaría de Cultura, así como con autoridades de la Secretaría de Hacienda, para recibir una ampliación líquida, que es un aumento al presupuesto total autorizado.