A 29 días de que deba inaugurarse el Pabellón de México en la 18ª Muestra Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia 2023, el taller APRDELESP reveló las razones que han afectado el montaje del proyecto.
Esto ocurre luego de que integrantes de la propuesta intitulada “Infraestructura Utópica: la cancha de Basquetbol Campesina” acusaran su tergiversación y desconocieran su ejecución en una carta firmada por la curadora Mariana Razo Botey y creadores como Antonio Turok, Dr. Lakra y Brian Cross, entre otros.
“El proyecto del Pabellón de México está en riesgo por las condiciones de trabajo a las que se nos ha sujetado”, afirmó el taller en un comunicado enviado a este diario. “Hemos recibido solo el 3 % del presupuesto aprobado por el Inbal y no se han garantizado las condiciones de seguridad y certeza jurídicas para el debido reconocimiento de los colaboradores”.
Esto ha generado tensiones, admitió el taller, “que derivaron en el deslinde del proyecto de valiosos artistas y de nuestra querida y admirada Mariana Razo Botey”. Los integrantes del taller lamentaron la situación e hicieron un doble llamado. “Por un lado, a Mariana Razo y a los artistas que junto con ella se deslindaron, para que volvamos a sumar esfuerzos en condiciones de claridad, transparencia, comunicación y justicia para llevar adelante el proyecto; y, por el otro, al Inbal, para que garantice las condiciones de trabajo necesarias para continuar”, expusieron.
El equipo insistió en que reconoce, respeta y agradece al Inbal y al jurado del concurso la selección, y destacó el trabajo de todos los involucrados, quienes han hecho lo posible para llevarlo adelante, asumiendo su responsabilidad sobre cualquier asunto relacionado con el pabellón. Reconocieron la coautoría de Razo Botey en la curaduría y su autoría en la investigación del proyecto. Sin embargo, lamentaron “profundamente su intención de deslindarse, así como su posición hecha pública de desconocer un proceso en el que se ha procurado que ella sea parte de todas las decisiones tomadas hasta este momento”.
Su trayectoria y sus aportaciones son indispensables para el proyecto, expusieron los integrantes del taller, y “al igual que ella, estamos genuinamente comprometidos con el objetivo del proyecto de expandir la colaboración con las comunidades y con la premisa artística de la cancha de basquetbol campesina”.
Ante esto, comentaron que el taller se ha esforzado para que todas las decisiones encaminadas a la presentación final del proyecto se tomen de manera conjunta, “y por ello afirmamos con certeza y seguridad que así debemos seguirlo haciendo”. Aunque sí deploraron la interrupción del trabajo y negaron un uso discrecional de recursos.
“Lamentamos mucho que por una serie de tensiones, confusiones y malinterpretaciones se interrumpiera la dinámica de trabajo y con ello la capacidad de seguir con el proyecto de forma colaborativa”.
Además, “negamos categóricamente cualquier acusación de malversación del uso de fondos públicos por nuestra parte”. El taller aseveró que el hecho de aceptar el deslinde de Razo Botey, como lo anunció al Inbal (Excélsior, 12/04/2023), y continuar con el proyecto con el resto de colaboradores “implicaría un atropello al proyecto”. Esto dificultaría llevar a cabo el pabellón, reconocieron, debido a que todos los elementos que lo integran son producto de la colaboración de todos los participantes.
El taller de arquitectura APRDELESP insistió en que desde el pasado 20 de enero se han enfocado en desarrollar el proyecto para concluirlo a tiempo. “Sin embargo, hay una serie de condiciones de trabajo desfavorables y ajenas a nosotros que interrumpen la continuación del desarrollo del proyecto”, admitieron.
Por ello lanzaron un “urgente llamado” al Inbal a garantizar la certeza jurídica sobre la propiedad intelectual y el cuidado de cada una de las contribuciones de los colaboradores, confirmar y cubrir urgentemente los honorarios de todos ellos, así como los gastos de producción para la realización de los elementos faltantes.