Mientras que en Guanajuato, artistas y turistas celebraban una de las jornadas del 50 Festival Internacional Cervantino, en Irapuato un grupo armado asesinó a 12 personas y dejó a tres con heridas graves. Al día siguiente, con las cifras de la masacre escritas en el pecho: “Irapuato” y “12 muertos”, Ismail Kanouté, coreógrafo de la Compagnie Vivons!, rindió homenaje a las víctimas en la representación de su pieza Never twenty one. Hasta ahora, la única obra en el Cervantino que toma postura política o de protesta ante la violencia en México.
La pieza surgió a partir de una investigación que el artista franco-maliense, radicado en París, hizo en zonas marginales de Nueva York, Río de Janeiro o Johannesburgo, sitios donde el racismo es una herida sin cicatrizar y la gente que muere por armas de fuego no alcanza los 21 años, la mayoría de edad estadounidense. La referencia al hashtag del movimiento Black Lives Matter, #Never21, es clara en el nombre de la pieza.
En escena, a oscuras, tres bailarines se mueven. En cada mano, una lámpara que emula las linternas policiacas. Después se escuchan los testimonios de la gente cercana a los que han sido asesinados con armas de fuego. También se representa la transición de la amistad a la enemistad. Hay testimonios de las favelas. Música de hip-hop o electrónica. Los hombres, con pantalón negro y el cuerpo pintado, bailan.
El origen de Never twenty one es en 2018, cuando Kanouté creó una videodanza sobre víctimas de armas de fuego en el Bronx; la pieza recibió varios premios.
¿Cómo fue tu acercamiento a la violencia del Bronx, el origen de la pieza?
Me interesa el tema de la violencia con armas de fuego porque conozco a una persona que trabaja en el Bronx. Gracias a ella pude escuchar varios testimonios, de los que seleccioné siete. A partir de esto empecé a escribir la videodanza que grabé en 2018, cuando fui al Bronx.
¿Cambia tu perspectiva de la violencia con los testimonios?
Descubrí que la mayoría de las víctimas morían jóvenes, antes de cumplir 21 años. Pero es algo que toca a personas de todas las edades. En particular, a las comunidades afroamericanas y latinas. Esta violencia tiene varios orígenes: podría venir del tráfico de drogas o de las pandillas. Entre vecinos y miembros de una familia también hay esta violencia con armas de fuego. En EU se defiende el uso de las armas de fuego. La sociedad se vuelve violenta por la libre venta y, en especial, por los defensores de esa libre venta. EU es uno de los países que más está en guerra en el mundo. Hay traumas que forman un círculo vicioso: el tráfico o las pandillas son traumas internos; si eres militar también hay traumas, los traumas de guerra.
¿Cómo crees que se romantiza la violencia en México?
La romantización está en las series y en las películas. Pero me llama la atención que en México estamos en un ambiente en el que siempre cohabitan la vida y la muerte. Cada día hay gente desaparecida, gente que murió, asesinatos, feminicidios. Cuando presentamos Never twenty one en Guanajuato, una persona del público se acercó y me dijo que una escena le recordó los feminicidios. Habían desaparecido a dos de sus amigas. En Río o en el Bronx tuve este mismo sentimiento. No es algo normal, pero es común. Es algo con lo que diario convivimos, a pesar de que el pueblo mexicano es muy gentil, lo cual contrasta con la violencia. En México es muy fácil matar a alguien. Quizá la romantización de la violencia radica en que ésta se volvió común, al igual que el hecho de estar rodeado por la muerte. Una violencia que viene de la corrupción o de las pandillas, cosas que no dependen del pueblo mexicano en sí. Parece algo normal, pero para sobrevivir a esta cantidad de violencia, una solución es tomar distancia.
¿Cómo te enteraste de estos asesinatos en Irapuato?
Estaba con el embajador de Francia, Jean-Pierre Asvazadourian. De vuelta del espectáculo de Dimitris Papaionau, me dijo que hubo 12 víctimas en Guanajuato. Así que decidí rendirles homenaje en el espectáculo. Lamentablemente, estas circunstancias le dan cierto realismo a Never twenty one. Cada vez que llevamos a escena nuestro espectáculo, ha habido asesinatos poco antes.
¿Cómo cambian las funciones?
Cada evento que sucede antes cambia la forma de presentar Never twenty one. En Sentous, cerca de París, asesinaron a dos jóvenes traficantes. En la banda sonora de la pieza pusimos la voz del periodista que hablaba de los asesinatos. Otro ejemplo: a una favela que conocíamos vinieron policías y para la presentación incluimos a un bailarín de las favelas que influyó, con su estilo, al espectáculo. En México hicimos un encuentro con bailarines y aprendimos e intercambiamos mucho bailando. Así se vuelve más fuerte el vínculo con el público local. Cada fecha es única debido a la influencia que nos da cada lugar donde estamos.
¿Qué perspectiva hay de la violencia en el extranjero?
La percepción que se tiene de México desde Francia es que es un país violento, donde la sangre está muy presente. El país y la Ciudad de México son vistos como lugares peligrosos. Una gran diferencia con EU radica en que en México se habla de la violencia relacionada con el narco. En EU también existe esa violencia, pero hay pandillas; allá el racismo, la venta libre de armas y la fuerte violencia policial a ciertas comunidades llevan a la violencia. Quizá esto no es tan agudo en México.
Never twenty one es parte de un tríptico
Hay un primer proyecto que fue creado para presentarse en julio de 2022: Yasuke Kurosan, es un espectáculo con siete intérpretes afrodescendientes, no slo europeos, sino afroasiáticos. Es un espectáculo de danza que crea conexiones entre África y Asia y trata sobre el primer y único samurái africano. También trata de la identidad, no por herencia, sino como creación. Esta temática de la identidad puede ser, por ejemplo, la creación de una identidad cuando eres hijo de migrantes o de dos padres que vienen de países diferentes. Gente que crea su propia identidad, al final, gracias al encuentro entre estos orígenes. El tercero va a ser un espectáculo sobre la filosofía vudú, que busca el equilibrio entre lo visible e invisible. A partir de los países donde la cultura vudú tiene un papel importante quisiera confrontar el baile contemporáneo.