La joven pianista mexicana María Hanneman ganó el primer lugar en la competencia internacional Grand Prize Virtuoso hace unos días y, si existen condiciones ante la pandemia, podría ir a tocar en la Wiener Saal del renombrado Mozarteum de Salzburgo en Austria, interpretando el “Preludio en C menor OP 3, número 3”, de Rachmaninov. Mientras se define, asegura, está satisfecha por el logro, pero cansada del confinamiento.

“Estoy muy contenta, mandamos el video con mi interpretación y hace unos días me notificaron que fui la ganadora del primer lugar”, indica la estudiante del Conservatorio Nacional de Música, de 14 años.

El Grand Prize Virtuoso es un concurso que se realiza desde hace 20 años. Está abierto a más de 71 países y participan jóvenes entre ocho y 19 años tocando instrumentos de cuerdas, aliento o piano, vocal o música de cámara. Comprende cinco categorías, por edades y por instrumentos.

El objetivo de la competencia, cuyo jurado está integrado por reconocidos músicos, maestros y críticos, es descubrir nuevos talentos y motivarlos premiándolos para presentarse en las mejores salas de Europa. El proceso consistió en que los participantes enviaran un video para ir avanzando por rondas hasta llegar a la final.

“He participado en otros concursos y esta vez fue diferente: tenía que grabar el video y enviarlo para participar, lo hicimos varias veces porque veía detalles que se podían mejorar; en una competencia presencial haces lo mejor que puedes a la primera, pero si lo grabas puedes descubrir algo que mejorar”, dice Hanneman.

El confinamiento, confiesa, la tiene un poco cansada, con ánimos de salir y volver a reunirse con sus amigas, así como de retomar sus clases presenciales. “Es difícil tomar clases en línea, hay un pequeño retraso en la transmisión o es inestable; además, mis maestros no me pueden dar ejemplos respecto a cuestiones como la postura de mi espalda. Sin embargo, mi maestro Reynol Arredondo ha podido venir a casa a darme clases, viene con todas las medidas y tomamos todas las precauciones”, dice entre risas.

Sin embargo, el confinamiento también le ha permitido estudiar mucho más su repertorio y la pieza que la hizo ganadora, la cual, dice, continuará perfeccionando.Para María, el premio la motiva a continuar con su formación musical.

“Soy una niña trabajadora, que estudia mucho y que quiere cumplir sus sueños. Mozart es uno de mis compositores favoritos y cuando me dicen que soy niña prodigio, no me molesta, pero siempre he creído que no lo soy, solo Mozart fue un niño prodigio, fue un gran compositor, un genio que siendo un niño compuso su primer concierto para piano”, explica.