Espiritualidad del paisaje llega al cine

Espiritualidad del paisaje llega al cine

Tomás Sánchez tiene como motivos de inspiración para su obra plástica la naturaleza y el espíritu, temas que plasma en sus paisajes y sus grabados, trabajos que pueden ser canales de paz y serenidad para el espectador.

Bajo esta premisa el pintor cubano confiesa que prefiere que sus obras no sean sometidas a procesos tecnológicos. “Me gusta mucho la imagen, ya sea estática o en movimiento. El otro día un amigo animó un cuadro mío con inteligencia artificial y yo le dije ‘la pintura es pintura, y el cine, cine, pero cuando tú animaste y le diste movimiento a esa cascada perdió el espíritu meditativo, porque la meditación es estática’”, recuerda divertido.

Pero esta restricción no aplica a su persona y su historia, por eso abrió un poco de su vida privada al cineasta mexicano Juan Carlos Martín, para el filme Perseverancia, que dos años después de su realización llegó al Festival Internacional de Cine de Morelia.

Ensayo documental

El ensayo documental retrata los momentos más significativos de la trayectoria del artista, como su infancia en Cuba, el Premio Joan Miró, de 1980 y su posterior exilio, que lo llevó a vivir en México, Miami y Costa Rica. “Yo me crié en el pueblo azucarero de Central Perseverancia, un lugar que yo quiero mucho... También el título tiene que ver mucho con la actitud de mi familia. Mi madre, huérfana desde los seis años; mi padre tuvo que dejar la escuela y comenzar a trabajar. Llega la Revolución, pierde su negocio y tiene que comenzar de nuevo. Yo también he tenido perseverancia ante la vida, por eso me encantó que Martín le diera ese título. Nadie puedo haber hecho mejor este documenta”, detalla.

De acuerdo con Tomás, entre él y el cineasta hay una amistad de 30 años, lo que permitió acrecentar el simbolismo en el filme. Perseverancia tendrá una corrida comercial en la que competirá con cintas de todos los géneros. “Tuve una exposición en 2008, en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO). Me impresionó que la gente se comunicaba con mi pintura y el museo permaneció lleno”, cuenta.