A unos días de que cumplió 60 años, se estrena el documental Nombre artístico: Charlie Sheen, producción de Netflix que en dos partes hace un recuento de la vida de la estrella del cine y la televisión. Nadie puede negar que fue el niño bonito y consentido de Hollywood de su época. La industria lo quería y la cámara sacaba de manera natural lo mejor de él.
Algo pasó con Charlie cuando, estando en la cima, y ocupando el lugar del actor mejor pagado de Estados Unidos, se dejó seducir por los placeres, unos pasajeros, y otros de los que se volvió dependiente; la caída fue lenta, pero lo cierto es que la estrella tocaría fondo.
La producción cuenta con testimonios de amigos de Charlie como Sean Penn, el director Chuck Lorre, sus exesposas Denise Richards y Brooke Mueller, y familiares, entre ellos su hermano Ramón. “Todo estuvo bien por un tiempo, no había heridos, ni arrestos”, dice la estrella en una parte del documental, haciendo alusión a su adicción a las drogas, que lo llevó a abandonar los sets de grabación no pocas veces, ya que no podía parar el consumo.