En la exposición “El negro de Beatriz Zamora”, que se inauguró en el Museo de la Ciudad de México, la artista plástica perteneciente a la Generación de Ruptura reúne 94 obras en distintos formatos y técnicas, confeccionadas de 1977 a la fecha, que son el reflejo de su trabajo durante 40 años.
“Para ella, el negro es una luz distinta que nos llega de adentro del cuadro y de adentro de ella misma. Zamora toma de la tierra tonos y texturas, filos y rugosidades. Son obras que nos piden recogernos en un ritual y pensar en esta galería casi como un templo. La pintora nos pide entregarnos al vértigo de lo negro en su insondable abismo”, expresó en la ceremonia de apertura Argel Gómez, encargado de despacho de la Secretaría de Cultura capitalina.
Zamora, quien, vestida también de negro, comentó que sus obras buscan llegar a todos y no tienen un fin lucrativo, informó la dependencia. “De la obra no tengo nada que decir, porque ella lo dice por sí misma. Yo no puedo inventar cuentos ni historias. Solo decir que esa es nuestra mismidad de todas maneras, porque somos así; no somos una sola cosa, sino agua, aire y todo lo que no sabemos que es la vida”, explicó la creadora nacida en 1935.
“Espero que la obra les dé algo. Ha sido hecha para todos, no para vender, porque es imposible que una cosa así se vendiera; pero eso no importa, es para México, para todos, para eso he trabajado. Se los entrego”, agregó.
Francisco Hernández, hijo de la artista y curador de la muestra, destacó que el trabajo de su madre parte de una inspiración de la condición humana y de las culturas milenarias del país. “Es la historia y el tiempo del México profundo, con eso conversa, y esa fue la raíz desde donde emerge el negro. Beatriz abrazó esa condición humana profunda de este México para extraer la fuerza vital y con ella expresa no un monocromo, sino una cantidad de planteamientos rizomáticos de las posibilidades de un negro infinito”, añadió.