En 1948, la artista plástica Lilia Carrillo (1930-1974), “la mirada femenina de la Generación de Ruptura”, se pintaba con el pincel en la mano, camisa verde claro, el pelo recogido con una pañoleta blanca y ojos retadores. En este autorretrato, casi desconocido, la joven creadora luce juguetona y pensativa al mismo tiempo.

Esta es una de las 50 obras, creadas entre 1948 y 1974, que integran la exposición “Los Lilia Carrillo de Lilia Carrillo”, su colección personal que el escultor Manuel Felguérez (1928-2020), quien fuera su esposo de 1960 a 1974, resguardó después de su muerte y que ahora se exhibirán juntas por primera vez en la Galería Kurimanzutto, donde se inaugurará este 11 de mayo, a las 12:00 horas.

Las piezas, de pequeño y mediano formato, descubren a una artista que lo mismo exploró la pintura y el dibujo que el collage, la litografía, las ilustraciones y el diseño de vestuario para teatro y danza; estas últimas facetas son las menos conocidas de la creadora que murió a los 43 años.

“Llevamos mucho tiempo queriendo hacerla. Es un acervo cero conocido que ahora, gracias a la generosidad de Mercedes de Oteyza, viuda de Felguérez, se presenta por primera vez de manera integral y nos descubre a una Lilia muy íntima, experimental e innovadora”, comenta José Kuri en entrevista.

El cofundador de Kurimanzutto narra que llevan mucho tiempo investigando y tratando de conseguir obra de Carrillo, “pero hay poca. Esta iniciativa se logró porque Raúl Zorrilla, director de la galería, es amigo de Mercedes y un día le mostró la colección. Hay mucho por hacer en torno a esta grandiosa artista”.

Detalla que, como hay poca información sobre la colección personal de Carrillo, se puede especular sobre las razones que la llevaron a integrarla: “¿Por qué guardó Lilia estos cuadros? ¿Por qué tenían un significado especial para ella? Hay cosas que hizo todavía en la escuela que no están relacionadas con su estilo. ¿Los guardó porque eran los que más le gustaban? O, al contrario, ¿eran los que menos le gustaban o tal vez porque no los vendió? Son muchas preguntas sin responder. Pero de lo que no hay duda es de la calidad de las piezas”.

El galerista destaca que este acervo echa luz sobre toda la trayectoria artística de la egresada de la Escuela de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, donde fue alumna de Manuel Rodríguez Lozano, Agustín Lazo y Pablo O’Higgins, entre otros.