La ironía, la sátira y el humor negro cifraron la poesía de Héctor Carreto, el poeta, antologador, narrador, traductor y editor mexicano que murió, a los 70 años, dejando una obra que, a decir del también poeta Ernesto Lumbreras, destaca en las letras mexicanas “por el sutil ingenio de combatir lo solemne de los grandes temas; el amor, la belleza, el poder o la muerte hacen el ridículo al traspasar el umbral de su ironía, presas fáciles en el momento estelar de sus desfiguros”, señaló Lumbreras al enterarse de la muerte del autor de Coliseo.
Tras conocerse la noticia, escritores e instituciones culturales lamentaron la pérdida. El ensayista, traductor y amigo de Cerreto, Héctor Orestes Aguilar, expresó en la red social X: “Murió un gran amigo. Un gran atlantista. Y un poeta al que pocos tomaron en serio. Siempre disfruté de los poemas y epigramas de @hectorcarreto, de su complicidad, de su bonhomía e ingenio”.
En tanto, la escritora Ana Clavel señaló: “Qué triste saber que ya no usarás tu capa de Superpoeta. Nos dejas el cielo constelado de tu poesía gozosa y sabia. Un Buda que jugaba a disfrutar y compartir sus superpoderes de poeta disfrazado de hombre sencillo”.
Héctor Carreto (Ciudad de México, 1953) recibió en 2002 el Premio de Poesía Aguascalientes por Coliseo; fue miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA) en el periodo de 2001 a 2007; era profesor de Creación Literaria en la UACM, y del Taller de Poesía de la FFyL de la UNAM.