"Sara Regalado * CP. Dicen que el Señor del Pozo fue encontrado flotando en el Río Grijalva. Es una historia que circula desde hace varias generaciones y, desde entonces, en época de cuaresma se le venera. En Venustiano Carranza existe, incluso, una localidad que lleva el nombre de este venerado, pero en la capital chiapaneca no es menos el respeto y la fe que profesan al Señor del Pozo.

En Cerro Hueco, cientos de feligreses se unen antes de llegar la Semana Santa, para festejar a su patrono, aunque en realidad la preparación de la fiesta les lleva varios meses, sobre todo en hogares como el de doña Adelina, en el que han heredado la fe por el Señor del Pozo de generación en generación.

A sus 83 años, Adelina sigue las tradiciones inculcadas por su abuela y su madre. Por su cuenta y la de su familia corre un gran festejo con tamales, pozol y atole. Todas las mujeres de la familia se reúnen en torno a las ollas para preparar los platillos que alimentarán a cerca de 500 personas que llegan a lo largo del fin de semana a dar gracias y pedirle favores al Señor del Pozo.

El jueves, primer día del festejo, se despacharon dos mil tamales, con su respectiva ración de atole, en casa de doña Adelina, donde se dispuso un altar para la imagen del Señor del Pozo, pedido a Chiapa de Corzo.

""Tomate tu café, ahorita vengo que ya llegó otro somé"", dice Adelina, e inmediatamente, con la fuerza que le dan los años y la fe más que el propio cuerpo, acude a recibir la enrama que acaba de llegar. ""Es una devoción"", dice aferrada, como tratando de convencer y convencerse de que todo el cansancio, las desveladas, los gastos... todo vale la pena"".

""Ya me quiero ir enfermando, pero el doctor dice que estoy bien. Mi mamá duró 70, yo ya llevo 83"", comenta. Así que la tradición seguirá hasta que Dios le presente vida a doña Adelina, y aún más allá, porque tienen hijas, nietas y bisnietas que poco a poco han hecho suya la fe hacia el patrono de su pueblo, el Señor del Pozo.

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