La actriz Gabriela Goldsmith no solo brilla en las pantallas de la televisión y el cine, sino que se ha convertido en un faro de esperanza para muchos jóvenes en situación de calle, a quienes ilumina con la oportunidad de tener una vida mejor gracias a su asociación civil fundada en 2005, Código Ayuda, A. C.
“Ser una figura pública me abre puertas y lo único que yo hago es ponerlas al servicio, hay gente que las usa para puras tonterías y habemos quienes las usamos para cosas buenas”, comentó en entrevista.
Esta labor altruista nació al principio de su carrera artística, cuando llegó a ser nombrada la Reina de Tepito, título que le permitió conocer el mundo paralelo que se vive en la sociedad: mucha pobreza extrema que ha provocado que la mayoría de esos jóvenes caigan en adicciones y tengan una vida sin un propósito.
“Fui al rescate de niños en coladeras en el Centro Histórico, (de la Ciudad de México) en Garibaldi, ese día me marcó porque para mí fue descubrir un mundo que ni tenía idea que existía, era muy difícil, desde ahí me enganché con los chavos”, refiere.
Además, tiene una maestría en Responsabilidad Social y está en proceso de titularse del doctorado de Innovación y responsabilidad social en una universidad privada que la becó, cuando fue a buscar voluntariado.
“Es mucho aprendizaje porque es un capital humano muy valioso de gente que lo que necesita es una oportunidad, apoyo y guía con rumbo y dirección, no nada más recibir recursos y ya. Realmente necesitan un acompañamiento para lograr sus sueños. Están chavos, todavía no han acumulado las capas de rencor que la gente maneja desde el dolor y cosas que hacen que después sean vulnerables para que los reclute la delincuencia”, considera.