Gaby Rivero no se llevó el trofeo de Master Chef Celebrity, pero sí algo más sabroso: cariño del público, respeto de sus compañeros y lecciones de vida. La eterna Maestra Ximena salió entre aplausos, memes cariñosos y un consenso popular: "¡A Gaby no se le puede odiar!". "Aprendí a manejar el estrés, a respetar más a quienes sirven comida y, sobre todo, a tener más paciencia", confesó. Lejos de quejarse, abrazó el reto con humildad: "Fallé muchas veces, pero de ahí aprendí más que de los aciertos".
Sobre los roces y dramas que aderezan el programa, fue tajante: "En toda competencia hay de todo. Pero aquí, cuando alguien se pasaba, como Plutarco Haza, el chef Herrera lo puso en su sitio. Me pareció bien, hay que respetar la autoridad, porque tú estás ahí para aprender".
Aunque muchos la conocían por las telenovelas, verla en un reality fue una bocanada de frescura. "No fingí ser otra persona. Fui yo sin filtros. Y creo que la gente lo notó. No soy ´monedita de oro´, pero hice lo mejor que pude", señaló.
Hizo clic con compañeros de distintas edades: "Las nuevas generaciones tienen un chip impresionante. ¡Nos daban cátedra de organización!", dice entre risas.
Tras el show, Gaby espera regresar en la segunda temporada de la serie Nadie nos va extrañar; mientras tanto, sigue empujando un proyecto llamado Infinito infantil, una serie de animaciones con canciones para niños.
