Galeón San José es patrimonio, no tesoro
El galeón fue hundido frente a Cartagena por corsarios británicos en 1708. CP

Al hablar del galeón San José, hundido en el mar Caribe de Colombia hace 316 años, emergen muchas fantasías, como que servirá para pagar la deuda externa de Colombia. Es como si ese galeón encarnara el sueño eterno de los colombianos de ganar una lotería.

Pero el proyecto del actual gobierno frente al galeón San José es opuesto al de quienes ven en el pecio —palabra que designa un pedazo, porción o fragmento de una nave que naufragó— un tesoro. De ahí que el ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes de Colombia, Juan David Correa, asegure que “Colombia no considera al galeón como un tesoro; es un pecio arqueológico, un patrimonio sumergido”.

El galeón fue hundido frente a Cartagena por corsarios británicos en 1708, cuando venía de Porto Belo, Panamá, con un cargamento con toneladas de monedas, joyas, lingotes de oro y objetos cotidianos, sin olvidar que en él viajaban 600 personas que murieron en el naufragio.

El debate en torno del San José —quién es el dueño y cuánto tiene— se activó luego de que en noviembre de 2015 sus restos fueron descubiertos por investigadores del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) y la Armada Nacional de Colombia.

Pero fue en febrero pasado cuando se echó a andar el Plan de Manejo del Área Arqueológica Protegida del Bien de Interés Cultural-BIC Galeón San José, que es el proyecto del actual gobierno, que parte de una alianza entre el Ministerio de Culturas, ICAHN y la Armada, sin empresas privadas y sin promesas de dividir entre Estados o particulares el cargamento.

Colombia está hablando de investigar y estudiar el pecio; no de ir con una draga y sacarlo como una máquina. “Colombia no comparte la idea de rescatar un tesoro, sacarlo y, supuestamente, repartirlo bajo el argumento de que las piezas, como son repetidas, no significaban un mayor patrimonio, y sí una posibilidad de riqueza económica”, dice Correa en entrevista telefónica.

Periodista, editor y escritor, Correa es ministro desde agosto de 2023, y a su llegada el presidente Gustavo Petro le pidió tomar el tema de galeón; cuenta que encontró que tanto el ICAHN como la Marina habían avanzado en los últimos años en investigación, entonces le plantearon al mandatario el proyecto: “El contraalmirante (Hermann) León le expuso: ‘Presidente, llevamos ocho años preparándonos para ser quienes podamos hacer la primera investigación sobre el pecio arqueológico, tenemos el barco —lo compramos en China hace unos años—, tenemos un robot que nos va a permitir hacer por lo menos la primera fase de exploración, tenemos la posibilidad de dotar un laboratorio en la sede de la Armada, en Cartagena, con las herramientas suficientes para establecer la investigación, y tenemos un trabajo con comunidades aledañas al lugar del naufragio’. Todo esto supone —resalta el ministro— “cambiar la idea de que tiene que venir alguien de afuera o que tiene que ser una alianza público privada con una empresa de tecnología de otro país porque nosotros no somos capaces”. A partir de esto se destinó, para este 2024, poco más de 4 millones de dólares que aportan en cantidades iguales los ministerios de Cultura y Defensa para cumplir tres acciones este año.

La primera acción de este Plan se desarrolló hace tres semanas, en Cartagena, y fue el simposio Perspectivas y Desafíos del Proyecto de Investigación en el BIC Galeón San José, donde Colombia expuso su propuesta que Correa resume: “Para nosotros no es un proceso de extracción en un sentido tradicional, es una posibilidad de investigación”.

El simposio reunió a especialistas colombianos y de otros países, y a invitados especiales, como representantes de la nación Qhara Qhara, de Bolivia, que reclama la propiedad del cargamento de oro y la plata del galeón; y otro invitado fue España, que se proclama dueña del galeón porque era “un barco de Estado”.

También participaron voces críticas de Colombia que han cuestionado el proyecto, y que aseguran que es un plan improvisado, lo que niegan las autoridades y argumentan que el plan de manejo definitivo se irá trazando con base en los resultados de la investigación.

Tras el simposio, un grupo internacional de especialistas —entre ellos el arqueólogo mexicano Roberto Junco, titular de la subdirección de Arqueología Subacuática del INAH— reconoció, en una carta, que el proyecto colombiano “se erige como una de las iniciativas intersectoriales, interinstitucionales e interdisciplinarias más novedosas emprendidas a la fecha en el mundo de cara a la preservación, investigación, puesta en valor y divulgación del patrimonio cultural sumergido”.

Sin embargo, el Estado colombiano enfrenta dos demandas con compañías extranjeras; una es con la empresa estadounidense Sea Search Armada, que reclama la mitad del cargamento o 10 billones de dólares porque, afirma, fue la primera en hallar el galeón hace más de 40 años. Pero el galeón es un Bien de Interés Cultural, y como tal fue declarado en 2020.

Justo como otra acción para este 2024 figura la declaratoria del área arqueológica protegida, como una garantía para su preservación. Pero será en abril o mayo cuando se dé la primera acción directa en el lugar. Un robot llegará al galeón, a 600 metros de profundidad, donde no puede ir vida humana.

El ministro explica: “Haremos una extracción muy pequeña para comprobar cuál es el resultado de extraer tres o cuatro cosas materiales, y cuál es su comportamiento al entrar en contacto con el oxígeno. No podemos sacar grandes cantidades; será madera, cerámica, piezas de la superficie del nicho marino; no vamos a excavar absolutamente nada. Vamos a invitar al barco a representantes de la nación Qhara Qhara y del gobierno español”.

Añade que la tercera acción en este 2024 es proponer un método y una infraestructura para investigación del patrimonio sumergido: “Si podemos dejarles a las nuevas generaciones un barco, un laboratorio y la concurrencia de varios ministerios, lograremos trabajar en una misión específica. Este año será la primera fase... La ciencia seria no toma decisiones antes de observar, examinar y mirar”.