La Secretaría de Cultura capitalina inauguró en la Galería Abierta Gandhi la exposición “Tenochtitlán”, compuesta por 60 imágenes de gran formato del artista y fotógrafo Pablo Ortiz Monasterio, que invita a recorrer visualmente la transformación de la Ciudad de México desde sus raíces prehispánicas hasta el presente urbano.
Ubicada sobre Paseo de la Reforma, frente al Jardín Botánico del Bosque de Chapultepec, esta galería al aire libre es considerada una de las más importantes y visitadas del país. La entrada es gratuita y la muestra permanecerá durante todo el mes de agosto.
La exposición, que forma parte de las actividades por los 700 años de la fundación de México-Tenochtitlán, presenta un recorrido fotográfico que entrelaza las huellas visibles e invisibles de la época mexica con las escenas actuales del centro de la ciudad. “Desde la Secretaría de Cultura y el gobierno de la Ciudad de México hemos querido ir dando distintas reflexiones y aportaciones. Es decir, cómo nos comprendemos hoy y cómo nos miramos hoy en esta ciudad a partir de una mirada de 700 años atrás”, señaló Mor.
Pablo Ortiz Monasterio compartió que el proyecto surgió después de la pandemia, cuando decidió recorrer a pie y en bicicleta el Centro Histórico de la ciudad, inspirado en estudios arqueológicos que documentan cómo el imperio mexica fue construido sobre un islote en el antiguo lago de Texcoco. “Quise ir a recorrer y poner mucha atención en lo prehispánico, porque eso lo destruyeron todo, todo desapareció. Había la voluntad de desaparecer esa cultura. El gran hallazgo es que por más que lo hagas, no desaparece”, expresó Ortiz.
La idea central del trabajo es que la memoria de ese mundo prehispánico sigue viva, como el agua del antiguo lago, que “para cuando nos damos cuenta, vuelve a surgir aquí y allá”. La muestra tiene su origen en el fotolibro Tenochtitlán, editado por RM, que acompaña un ensayo del escritor Álvaro Enrigue.
Este texto explora el periodo prehispánico y establece un diálogo con las imágenes de Ortiz Monasterio, generando una reflexión sobre la memoria, la transformación y la resistencia del territorio mexicano. Las 60 imágenes de Tenochtitlán están dispuestas a lo largo de las rejas de Chapultepec en gran formato, visibles tanto para quienes caminan, como para quienes se trasladan en auto o transporte público.
El montaje está pensado para integrar la experiencia cotidiana con una mirada profunda al pasado. “Queremos que cualquiera que pase por aquí —en su rutina o en un paseo familiar— se detenga un momento a observar su ciudad con otros ojos”, mencionaron los organizadores.