Cuando el actor Daniel Giménez Cacho terminó de filmar Juana, su ópera prima, y se enfrentó al proceso de edición, simplemente se quedó “congelado” por varios días, por no saber qué hacer.
Puede sonar raro que alguien, con cerca de cuatro décadas de carrera actoral, haya enfrentado un periodo de duda, pero en el cine, y entre los directores, esto es más común de lo que se cree.
Juana, que competirá en la sección oficial del Festival Internacional de Cine de Morelia, que arranca el próximo día 10, tuvo cinco años de maduración en la mente del actor de Bardo, pero lo complicado fue comenzar el armado final.
La historia
Frente a él tenía la historia de una periodista (Diana Sedano) que se encuentra con el caso de un político involucrado en casos de violencia y trata de mujeres. Pero no era una denuncia, sino la vida de una mujer que revisa su pasado desde la niñez, con todo y relación paterna, intentando dejar de ser víctima. “Como 10 días perdí mi criterio; llevaba cinco años imaginando una película cuando pasamos (el rodaje) ya no era lo que imaginamos, sino lo que había y el editor (Yibrán Asuad, ganador del Ariel por La cocina) me proponía y yo decía: ‘¡Qué padre!’; le movía y yo decía: ‘ah sí’. Hasta que me vio con cara de: ‘¿Te vale madre, verdad? ¡Todo te parece bien!’”, cuenta Giménez Cacho.
Quien lo sacó de ese estado de confusión y duda fue precisamente el editor Asuad, responsable de filmes como Una película de policías, Ya no estoy aquí y Cassandro. “Me dijo que entendía que (la edición) era un shock para los directores, que ha habido a quien le enseña el armado con lo que se filmó, de como viene el guion y caen en depresión, diciendo que lo que hicieron es una mierd…. Creo que ahí no me fue tan mal, a los 19 días decía ya que algo me gusta y él decía: ‘ya revivió este wey’”, comentó Giménez Cacho de buen humor.