Más de tres décadas marcan la trayectoria de la cantante mexicana Graciela Beltrán, quien desde pequeña encontró en la música su mayor inspiración y hoy en día, a través de ésta, le canta al amor y al desamor.
En entrevista confesó que la música es su manera de expresarse, y que el camino para consolidarse no ha sido fácil, pero la disciplina, el cariño por el arte y su talento innato son las cualidades que la han guiado para trascender de generación en generación.
“Yo era muy pequeñita cuando me inicié en esto. Tenía seis años. Mi público es muy familiar, amoroso y tierno. Me ha visto crecer, incluso nuevas generaciones ahora están involucrándose con mi persona, con mi música, porque la misma familia con la que he crecido les ha inculcado mi canto a sus hijos. Hay mucha satisfacción por traspasar de generación en generación”, comentó.
Recordó que sus inicios fueron de manera repentina pero apoyada por importantes íconos de la música mexicana como Antonio Aguilar, “quien fue como un padre para mí y una guía dentro de esta profesión tan sacrificada y bonita”. Con él realizó grandes giras por Estados Unidos, país en el que ha desarrollado su carrera musical.