El destacado poeta y novelista Homero Aridjis consideró que en el país hace falta crítica literaria, lo que representa una carencia enorme en el ambiente cultural y, por el contrario, hay mucha mercadotecnia por las editoriales que inflan los libros para venderlos.
El autor originario de Michoacán señaló que él creció cuando en el país había crítica de poesía, de novela y de cuento, aunado a que existían suplementos culturales y revistas, por lo que los escritores jóvenes siempre esperaban las críticas de sus obras luego de publicarlas.
“Ahora no hay, nos hemos empobrecido y estamos basados en noticias de periódicos, a veces que murió un escritor en Argentina, en Francia, o en Polonia, pero no tenemos críticas de lo que está pasando en México en la vida cultural”, dijo.
Asimismo, indicó que no se cuenta con una guía que sitúe las obras literarias en su dimensión, en su aportación, en la cultura y en la historia, y puso como ejemplo que hace unos 20 años impartió un taller literario y le asombró que casi todos los que acudieron escribían con faltas de ortografía, incluso cuando le entregaban un texto solo una línea estaba bien escrita.
“Tampoco leían, les preguntaba si conocían a tal poeta o escritor y eran de una ignorancia extraordinaria, entonces cómo pueden atreverse a escribir poesía si no saben escribir con gramática. No estoy diciendo que escriban según la Academia de la Lengua, no se les pide; si quieren crear su propio lenguaje, háganlo, pero escriban con corrección”, externó.
El escritor compartió que una vez su amigo poeta francés Jean-Clarence Lambert le dijo en tono de broma que “muchos escritores en México no solo escriben con faltas de ortografía sino también hay pintores que hablan con faltas de ortografía”, hecho que Homero atribuyó al reflejo de una deficiencia, pese a lo cual hay quienes se atreven a publicar libros llenos de faltas de ortografía.
Otro de los hechos que lamentó el escritor es que cuando los poetas mueren es cuando comienza a revalorarse su obra y el contexto de su tiempo y herencia que dejaron como legado, como el caso de Octavio Paz, del que recién se cumplieron 20 años de su fallecimiento y hasta ahora se empieza a apreciar su trayectoria.