A modo de diario, desde el 2019 a la fecha, Héctor Cortés Mandujano, escritor nacido en el año de 1961 en la finca El Ciprés en Villaflores, Chiapas, cuenta un poco de su vida, que está llena de lecturas, cine y muchas otras cosas que eventualmente plasma en su columna “Casa de citas”.
Las primeras 50 entregas de esa columna son compiladas en la nueva publicación de la editorial Tifón que fue presentada en el espacio Telar Teatro. También, en esas columnas que actualmente se encuentran en el portal Portavoz y en Chiapas Paralelo, el autor cuenta pasajes de su vida, pero estos temas son escasos, ya que más que hablar de su persona, aborda lo que podría resultar interesante para otras personas.
Cuenta, en entrevista, que estos temas son escritos porque pensó que si no lo hacía se iban a perder, y su sorpresa fue grata al ver que un gran número de personas se interesaron en los temas que tocaba.
“‘Casa de citas’ es una especie de concepto en donde puedo contar de todo un poco, algo que me place mucho hacerlo, porque es una escritura para mí absolutamente desprejuiciada y lúdica, que no tiene ningún compromiso con la solemnidad”, acota.
Entre los temas de la columna hay cierta erudición, destaca, porque de pronto habla de filosofía o de una canción popular, o bien de libros complejos o de libros que de pronto la gente escribe en las paredes; es por ello que Casa de citas es un mundo donde plasma todo lo que le va pasando en la vida.
En cuestión de la actualidad de los temas, expone, al ser un escritor independiente que no tiene el más mínimo compromiso por quedar bien, no siempre habla de cuestiones actuales, por lo que explica que mientras todos hablan de asuntos políticos o sociales, él puede estar hablando de Shakespeare.
“En realidad esta es una columna en donde no me interesa, o no siempre me interesa, lo que está pasando en la realidad, salvo que me sirva para contar lo que yo quiero contar”, expone.
Sobre el título de la columna, dice que eso tiene que ver con el crítico literario Christopher Domínguez Michael, quien en uno de sus libros se disculpa y dice que no quiere citar demasiado, para que no haya un entorpecimiento de la lectura, y parafrasea una declaración de Salvador Novo acerca de que hay libros que son como “casas de citas”.
“Ante ello, me gustó mucho la idea de la declaración de Novo y la usé como una especie de epígrafe en uno de mis libros de ensayos en el que hablo sobre el Ateneo de Ciencias y Artes de Chiapas; y entonces, desde antes me gustaba la idea de ‘casa de citas’, por lo equívoca que puede ser, de modo que cuando empecé a escribir esta columna eso es una constante: el citar libros, parlamentos de películas, textos de distinta índole, poemas y canciones. Y cuando hablo de mi vida me cito a mí mismo”, refiere.
Por otro lado afirma que en una de sus columnas escribió la siguiente cita: “Yo soy un hombre que caza citas para su ‘Casa de Citas’”.