Bertha, la hermana de Octavio Ocaña, está pagando todos los precios que haya que pagar con el fin de obtener justicia para su hermano, el actor Octavio Ocaña, muerto el pasado 29 de octubre, a la edad de 22 años, debido a un disparo en la cabeza. En entrevista, confesó que no ha tenido tiempo ni cabeza para cuidar su salud, y con la voz quebrada, pero firme, compartió a este medio cómo han sido estos meses de enojo, de impotencia y de duelo.

“En cuestiones de salud, sí me he visto afectada, honestamente. He bajado muchísimo de peso, el otro día casi me desmayo, pero gracias a Dios mi esposo me ayudó. En cuestión de salud te diría que me estoy cuidando, pero no, están cuidando de mí porque están detrás de mí todos los días mis familiares”, declaró.

La hermana del actor de Vecinos enfatizó la petición que están haciendo hoy ante las autoridades: que haya protección para los dos acompañantes de su hermano al momento del asesinato: Jonathan N, quien ha sido sastre de la familia, y David N, quien arreglaba los autos también de la familia. Ambos eran personas cercanas a Octavio, debido al tiempo que habían convivido, por eso, dice Bertha, no era raro que estuvieran juntos.

“La protección es para ellos, se solicita derivado de lo que sufrieron desde que todo sucedió. Estuvieron recibiendo amenazas y se derivaron muchas situaciones, se solicitó la protección a la Fiscalía Anticorrupción; sin embargo, nos comentan que está un poco complicado, que se iba a tomar en cuenta, pero que ellos eran indirectamente víctimas, y que por tal motivo no se les podía dar una protección a la de ya, que lo iban a poner a la balanza y que cuando regresaran de vacaciones (el 10 de enero) iban a informar si es posible o no”, externó.

Bertha también dijo que ella es la responsable de llevar el caso de su hermano porque es la que vive en la capital. Además, es mucho más paciente que su papá, pues se trata siempre de estar en la Fiscalía y eso toma horas, pero su esposo, quien también fue muy cercano a Octavio, la ha estado apoyando mucho. “Es doble trabajo porque estás viviendo tu duelo, hay días en los que no quieres ni asomar la cabeza a la calle, pero sientes que tienes que echarle ganas porque se trata de él, y él hubiera hecho lo mismo por mí”, expresó.