El año pasado Madonna sorprendió al mundo entero al anunciar que se había comprado un impresionante palacete del siglo XVIII en las inmediaciones de Lisboa. Poco después, la cantante hizo las maletas, cerró las puertas de su casa de Nueva York (su principal residencia en los últimos tiempos) y se mudó junto a sus cuatro hijos menores a Portugal.
Allí la cantante ha construido una nueva vida, al respecto habló para la edición italiana de la revista Vogue en la que prefirió abrir las puertas de su hogar para compartir un día de su rutina y revelar cuál es en la actualidad su principal ocupación: ser chofer las veinticuatro horas del día para su hijo David Banda, llevándolo y recogiéndolo de sus entrenamientos de futbol en las categorías inferiores del club de futbol Benfica.
El sacrificio, sin embargo, merece la pena con tal de ver a su hijo de 12 años tratando de cumplir su gran sueño: “Estaba desesperada por conseguir que entrara en el mejor equipo posible con los mejores entrenadores, pero el nivel en Estados Unidos es muy inferior que en el resto del mundo. Podía ver lo frustrado que se sentía, y al mismo tiempo también me pareció el momento adecuado para hacer un cambio”, declaró la cantante.
Su hija Mercy, también de 12 años, y las gemelas Stella y Estere, de 5, se han adaptado sin mayores dificultades al país, ya han aprendido el idioma y también se han interesado por distintos deportes.