La gran mayoría de los temas están inspirados en experiencias que sus autores sufrieron tiempo atrás y decidieron plasmar. Esto también pudo ser una anécdota de un amigo, conocido o simplemente una idea que desea transmitirles a sus fans con tal de que alcancen una catarsis.
Muchos son los artistas conocidos que le han enchinado la piel a las personas. Uno de ellos ha sido Ricardo Arjona, un trovador que destacó por muchas canciones exitosas como “Quién diría”, “Señora de las cuatro décadas” y “Mujeres”, entre otras. Sin embargo, una de las más recordadas es “Historia de taxi” por su singular trama.
La letra es clara, y aunque no se sabe exactamente la fuente de inspiración, lo más lógico es que la haya escrito a manera de darle una lección a todo aquel que gusta de lo ajeno o que vaya por la vida buscando problemas, pues tarde o temprano las cosas se regresan.
El karma hecho canción
La historia narra la desventura de un taxista y una mujer despechada. Él, quien queda impactado con su vestimenta y belleza no duda en hacerle la plática después de recogerla tras solicitarle su servicio.
Antes de que las apps llegaran a la vida de las personas, estas estaban obligadas a pedir un taxi extendiendo la mano, marcando a una base o yendo a una de estas. Bien es sabido que los conductores tienen una segunda profesión escondida, son una especie de psicólogos, pues escuchan siempre al pasaje, que suele desahogar sus problemas con ellos.
Es el caso de nuestro “afortunado” personaje, le extiende un servicio extra a su clienta al saber que el marido la engañaba. Ella le explicó que al ser una persona de dinero se daba ese lujo pensando que ella no tenía sentimientos. Eso sí, el señor de la casa le ponía el cuerno con una mujer de “clase baja”, lo peor que le pudo haber hecho.
“Le pregunte ‘¿por quién llora?’ y me dijo ‘por un tipo, que se cree que por rico puede venir a engañarme’. No caiga usted por amores, debe de levantarse, le dije. Cuente con un servidor si lo que quiere es vengarse. Y me sonrió”, dice la letra.
Tal parece que el oportuno conductor y la despechada coincidieron en necesidades, pues éste no había tenido una noche buena a falta de pasaje. Entonces, tras aceptar la invitación pasó de todo aunque lo disfrace de otra manera.
“Me dijo ‘dobla en la esquina, iremos hasta mi casa. Después de un par de tequilas, veremos qué es lo que pasa’. Para qué describir lo que hicimos en la alfombra, si basta con resumir que le besé hasta la sombra y un poco más”, continúa.
Parece que el Don Juan se había salido con la suya, pues logró meterse con la mujer. Sin embargo, las cosas se ponen más emocionantes cuando él pretexta que entre su esposa y él pasa una situación similar, pero en su caso se debe a su trabajo, el cual es demandante.
Ya armada de valor, la mujer decidió encarar a su pareja a lado de su amante, para que viera que ella también podía hacer lo que le diera la gana. No obstante, las cosas dan un giro de 180 grados cuando el taxista descubre que la amante del señor es su esposa.
“Me dijo ‘vente conmigo, que sepa no estoy sola’. Se hizo en el pelo una cola, fuimos al bar donde estaban. Entramos, precisamente él abrazaba a una chica. Mira si es grande el destino y esta ciudad es chica: ¡era mi mujer!”, dice al final.
Quizá con esta melodía el guatemalteco advirtió a sus fans que piensen antes de hacer las cosas, pues uno no debe hacer lo que no quiere que le hagan. La canción pertenece al álbum Historias, lanzado en 1994.