“José Agustín decide moverse en los territorios de los nacientes hijos de la clase media urbana y escribir de una manera repleta de sexo y de albures, afortunadamente, porque el puritanismo dominaba a nuestras letras”, dijo Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica (FCE), quien encabezó el homenaje póstumo al escritor fallecido el pasado 16 de enero en su casa de Cuautla, Morelos, a la edad de 79 años. “Los viejos rockeros y los viejos escritores nunca se mueren”, continuó.
En el evento, que se llevó a cabo en un foro al aire libre, en la explanada del Zócalo, participaron el periodista cultural, Andrés Ruiz; la locutora Luisa Iglesias y el director de Grandes Festivales Comunitarios de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, Argel Gómez, como moderador. Taibo II resaltó lo que la crítica y ciertos escritores han señalado en las últimas décadas: que la literatura de José Agustín, con obras como Se está haciendo tarde (final en laguna) y Cerca del fuego, abrió nuevas puertas en la literatura mexicana, al frente de un movimiento permeado por la contracultura en las décadas de 1960 y 1970, al que Margo Glantz bautizó como “La Onda”. También recordó que lo conoció en persona, que en más de una ocasión platicaron y que participó en las protestas de 1968, en un entorno de represión política, así como el contacto que el autor tuvo con las drogas.
“Fue seguramente el primer ‘rockstar’ de la literatura en México. Un ‘rockstar’ es una persona que hace lo que quiere y que haciendo lo que quiere, cambia al mundo… Uno de sus grandes logros es haber generado jóvenes, lectores y jóvenes escritores que no le tenían miedo a nada”, señaló Iglesias y resaltó que las novelas de José Agustín, quien reconocible por su interés profundo hacia el rock, corresponde a una literatura que se lee en la juventud y los años de formación.
“La literatura que yo había leído antes decía muchas cosas, otros pensamientos, pero no me hablaba de tú, no me veía los ojos, no me retaba y José Agustín me deslumbró. Sus libros siguen siendo vigentes, a pesar de esos enconos de los críticos literarios”, concluyó Ruiz durante su intervención.