El martes en el Festival Internacional de Cine de Cannes se habló mucho español. Desde la rueda de prensa en la que todos los micrófonos esperaban las respuestas del presidente del jurado, Alejandro González Iñárritu —quien se permitió decir algunas frases sin traducir al inglés—, hasta la gala de inauguración en la que el mexicano no dudó en dar todo su discurso en su lengua materna.

Por primera vez en las 72 ediciones del Festival de Cannes un latinoamericano tiene el máximo honor y la responsabilidad de decidir, junto con los demás miembros del jurado (la directora Maimouna N’Diaye, la actriz Elle Fanning, la cineasta Kelly Reichardt, la directora Alice Rohrwacher y los directores Enki Bilal, Robin Campillo, Yorgos Lanthimos y Pawel Pawlikowski), para quién será la siguiente Palma de Oro, el trofeo más prestigioso de la cinematográfica mundial.

Más tarde, en la gala, después de que desfilaran por la alfombra roja todas las estrellas de la noche, en el Gran Teatro Lumiére se proyectó un resumen de las películas del director mexicano como un tributo a su legado artístico.

Emocionado y entre aplausos, Alejandro salió a dar un discurso en el que hizo un guiño a sus comienzos diciendo que hace 20 años cuando llegó con Amores perros a la Semana de la Crítica nunca pensó en que volvería ahí.

“Es un gran honor haber sido invitado a este festival como presidente del jurado y tener el privilegio de estar rodeado de estos colegas, cineastas y artistas que me acompañarán en esta decisión tan importante que le puede cambiar la vida a una persona. Pero al final, el verdadero juez será el tiempo”, dijo, minutos antes de que Javier Bardem saliera junto a la actriz francesa Charlotte Gainsbourg al escenario para dar el banderazo de salida.

El mexicano también aprovechó para dar su visión de la situación actual del mundo; no pudo evitar centrase en la relación de México con Estados Unidos y la gravedad del discurso separatista y agresivo en contra de los inmigrantes y las fronteras. “El problema es la ignorancia, porque es muy fácil manipular a las personas. Estoy absolutamente en contra de lo que está ocurriendo en el mundo actualmente y sabemos hacia dónde nos va a conducir esta creación de diferencias y de desigualdades, si seguimos así. En lugar de evolucionar estamos dando pasos hacia atrás”, señaló.