La exposición “Intersticios”, que se inaugura en la Galería José María Velasco, reúne la obra que el fotógrafo artístico-documental Federico Gama ha realizado a lo largo de 30 años; está conformada por 100 imágenes individuales, polípticos y dípticos, cuyo hilo conductor es la masculinidad, la identidad y las migraciones culturales.
“Es un muro que se ha construido con la obra que he realizado a lo largo de 30 años; cada bloque, cada elemento fotográfico, ofrece una serie de narrativas que he hecho. Hay elementos como la masculinidad, la identidad, la vestimenta como forma de expresión y las migraciones culturales”, explica el fotógrafo.
La muestra está conformada por diversos proyectos de Gama como la serie “Islas Marías” (1993), mediante la cual realizó una investigación sobre la situación de los internos y experimentó la soledad y el olvido de forma propia, situación que lo acercó a la fotografía documental. Así como “Tatuados y tatuadores de Tepito” (1996), con el que regresó a sus orígenes, ya que su padre es originario de este barrio y pudo encontrar el hilo conductor de sus siguientes trabajos: la identidad.
“Después de las ‘Islas Marías’ pensé que todas las demás estarían ligadas unas a otras y así ha sido. Las narrativas las que he construido desde el punto de vista documental y antropológico, pero también desde un punto de vista muy personal y subjetivo. Hay ciertas claves que tienen que ver con mis orígenes, con mis intereses en el arte”, dice.
Gama detalla que su interés inicial fue la pintura y la escultura. Sin embargo, estudió Comunicación y fue el periodismo lo que lo acercó a la fotografía. Así, dice, hay una suerte de autobiografía en su obra. “Intersticios” muestra también imágenes de series como “Historias en la piel” (1999) y “Los cholos de Neza York” (1997), con la que se introdujo, a través de tatuajes, en el movimiento contracultural de los “cholos” de territorios periféricos, quienes para él simbolizan la resistencia cultural. Esto, explica, lo llevó a desarrollar el proyecto “Mazahuacholoskatopunk” (2005-2013), en el que documenta cómo la indumentaria se convirtió en el medio de expresión de los migrantes de procedencia indígena y rural para sobrevivir en la Ciudad de México.
“Me pregunté cómo conectar lo que había vivido con mi vida cotidiana en la Ciudad de México. Así nació ‘Tatuados y tatuadores de Tepito’. Entendí que en este espacio, que es muy vivo y atractivo desde el punto de vista fotográfico, era también un lugar en el que en ese tiempo se vendían cosas ilegales, había un tránsito entre la legalidad y la ilegalidad. Pero también que cada persona tenía cosas que contar sobre sus tatuajes y nació Historias en la piel”, cuenta el fotógrafo que ha sido editor de fotografía de diarios y revistas de circulación nacional, así como colaborador freelance de diversos medios.
Gama, quien en 1999 fue reconocido con el Premio Nacional de Periodismo Cultural, Fernando Benítez que otorga la Feria Internacional del Libro, se ha interesado por los elementos relacionados con lo mexicano. “Me interesan los elementos mexicanos que tienen que ver con una clase social determinada. El proyecto ‘Mazahuacholoskatopunk’, por ejemplo, nos habla de la discriminación, del racismo, de esta necesidad social y cultural de los jóvenes de salir de sus comunidades para ir a trabajar a la Ciudad de México con la idea de triunfar. ¿Y cómo se triunfa en esta ciudad? A través de la vestimenta y la actitud, es decir, la vestimenta los hace presente en una ciudad que los discrimina, pero para ellos es importante conservar su identidad”, explica.
Con esta exhibición, la Galería José María Velasco celebra su 70º aniversario. Estará abierta al público a partir de este sábado. Paralelo a esta exposición se presentará la obra de Luis Díaz Hernández en la sección Gabinete, la cual consiste en una serie de dibujos de corte hiperrealista y pop, en la que explora el mundo adolescente y juvenil, así como el despertar sexual masculino con sus vicisitudes y dilemas. Ambas propuestas estarán abiertas al público hasta el 24 de octubre.