Ingrávidas palabras, proyecto que une familias

Ingrávidas palabras, proyecto que une familiasEl proyecto consta de tres piezas: “Nardos para Rita”, “Aguja en la Luna” y “Bestiario”. Cortesía

La coreógrafa y artista visual Sara Margarita Ovalle Gómez comparte en entrevista los detalles de Ingrávidas palabras, proyecto seleccionado en la Convocatoria de Producción Escénica del Centro Cultural Helénico 2024, institución de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.

Se compone de tres piezas de danza contemporánea inspiradas en los relatos que la autora escuchó a lo largo de su infancia. “El proyecto nació de una reflexión sobre cómo las historias familiares, especialmente las de mis abuelas, se transformaban con el paso del tiempo, se volvían más mágicas, más exageradas y, a veces, inalcanzables, pero con una veracidad tan profunda que me parecían una parte esencial de nuestra identidad”, explica Ovalle.

La creadora, quien también forma parte de la agrupación Mezquite Danza Contemporánea, considera que el proyecto plasma esa “magia” de las narraciones familiares, en una obra que conecta la danza, la música original de Daniel Román y el movimiento con la memoria y las raíces de su familia.

El título, detalla, refleja esa esencia de las historias que no se escriben, pero que se transmiten a través del habla y la imaginación. “El nombre surge de cómo las palabras, a medida que se cuentan, se transforman, se hacen ingrávidas como nubes en el aire, y es ahí donde se encuentran las historias”, refiere.

El proyecto consta de tres piezas: “Nardos para Rita”, “Aguja en la Luna” y “Bestiario”. Cada una se centra en la figura de una mujer de su familia, como “una forma de recuperar el legado de mis abuelas y tías, mujeres muy valientes”.

Tres historias, tres mujeres

La primera pieza, “Nardos para Rita”, cuenta la historia de una de sus abuelas, una mujer que luchó para sacar adelante a sus hijos con el apoyo de una máquina de coser, que “se convierte en un símbolo de la lucha y la tenacidad de las mujeres de mi familia y cómo ese objeto se transforma en un vehículo para crear nuevas posibilidades”, explica la coreógrafa.

“Aguja en la Luna”, la segunda parte, se basa en un relato de su abuela paterna, quien, tras quedarse al cuidado de su familia y en medio de la oscuridad, encuentra una aguja que brilla, lo que le permite poner un botón a su padre antes de que se fuera al trabajo. “Este relato tiene una carga simbólica sobre la capacidad de las mujeres para superar dificultades, con la luz de la luna como metáfora de la esperanza”, dice la entrevistada.

Finalmente, “Bestiario” se inspira en una tía que trabajaba en una fábrica de vestidos de novia. Tras un encuentro con una lechuza, la mujer reza una oración y se protege de una posible amenaza. “Esta historia habla de cómo las mujeres están siempre siendo acechadas por lo desconocido, pero también de su fortaleza para salir adelante”, explica Ovalle.

La puesta en escena

El proceso creativo de Ingrávidas palabras es un trabajo en colaboración con un equipo de bailarines y músicos. “Empezamos trabajando con material de movimiento y afinando las piezas, siempre con el compromiso de que las historias tuvieran un vínculo real con el público. Queríamos que la magia de esas historias pudiera trasladarse al escenario de manera palpable”, detalla. “Cada vez que la obra se presenta, se transforma. Los intérpretes, el público y el contexto influyen en el resultado final, lo que hace que cada función sea única”, asegura.

Finalmente, la bailarina señala que en 2025, la pieza formará parte del repertorio para festejar el 30º aniversario de Mezquite Danza Contemporánea.

Para conocer más detalles sobre próximas presentaciones, se pueden consultar la redes sociales de Sara Margarita Ovalle Gómez (facebook.com/sara.ovalle.14) y de la compañía (facebook.com/mezquitedc).