Inicia XV edición de la Bienal Femsa

La XV edición de la Bienal Femsa, La Voz de la Montaña, arrancó el pasado 23 de mayo en dos de los recintos culturales más importantes de Guanajuato: la Alhóndiga de Granaditas y el Museo del Pueblo de Guanajuato, con obras de artistas jóvenes que estuvieron presentes para ahondar sobre sus obras.

Está edición se caracteriza por darle voz a nuevas generaciones de creadores de diferentes partes del país, en un evento de largo aliento e itinerante que pretende ser un modelo en la curaduría de las bienales internacionales. “La dimensión poética del arte en un estado asentado en la montaña” es la frase que acompaña esta edición que pretende entablar conversaciones entre los autores, sus obras y la comunidad local y turista.

Las actividades arrancaron en el Palacio de los Poderes de Guanajuato, donde se dieron cita autoridades culturales, artistas comisionados por Femsa y los encargados de la curaduría. En el acto protocolario, la curadora Pamela Desjardins profundizó sobre esta edición. Detalló que las obras se trabajaron partiendo de las inquietudes de los recintos culturales, los creadores y la comunidad.

“No impusimos un concepto ni tratamos de que las ideas encajaran aquí, sino que abrimos espacios de diálogo para conocer los cuestionamientos e inquietudes que hoy existen. Fue una sorpresa ver que hay temas que no dejan de ser relevantes en el arte, tal como el territorio, el cuerpo, la identidad y el paisaje, todo aparecía en los proyectos que comenzaron a desarrollarse”, dijo.

Desjardins detalló que los proyectos artísticos que abrieron al público tienen una mirada desde la comunidad, ya que los creadores se involucraron en contextos sociales para trabajar sus comisiones. “Esa fue una parte difícil, porque hay artistas en el arte contemporáneo que trabajan a puerta cerrada, pero intentamos que estos artistas emitieran diálogos con el territorio, con la comunidad, para incentivar conversaciones con los otros”, refirió.

Manifestaciones del arte

En el Museo del Pueblo de Guanajuato, Daniel Aguilar Ruvalcaba trabajó una obra que hace alusión a la religión católica y a las disidencias sexuales. “Vivo en una zona que se llama Cañada del Real, ahí la Virgen y el catolicismo tienen mucho peso, toda esa parte me ha inspirado y está apegada a mí, pero yo, que estoy dentro de las disidencias sexuales, siempre he pensado en este camino que une mi identidad con ser guadalupano”, expresó.

En otra de las salas del mismo recinto, el artista michoacano Salvador Xharicata montó una instalación titulada Volver a casa —que emula las viviendas tradicionales de madera de los pueblos de la meseta purépecha— la cual está acompañada de bancos y sillas con transcripciones de un documento antiguo que hace referencia a los indígenas que trabajaron en las minas de Guanajuato en el siglo XIX.

En ambas obras, apuntó el curador Christian Gómez en el recorrido, se puede apreciar el concepto de corporalidad, ya que ambas piezas reflexionan sobre cómo los cuerpos son afectados por el territorio y la identidad que los atraviesa. Sobre los diálogos que esta edición de la Bienal Femsa está incentivando destaca el choque del arte contemporáneo con los procesos históricos. Es el caso de la artista Lucía Vidales, originaria de la Ciudad de México, quien establece conversaciones entre su obra pictórica y los recintos históricos.

Con la serie “La piel de la noche”, Vidales reflexiona sobre el paisaje y la muerte, pero también plantea una reflexión sobre la propia pintura. “Los dispositivos de la pintura son brutales, pensamos en ella como objetos preciosos que no pueden tocarse, pero yo la quiero pensar como un cuerpo, como alguien que mira y observa”, expone.

En entrevista, la directora artística de esta edición de la Bienal Femsa, Mariana Munguía, explicó que este evento tiene la intención de “provocar momentos en el tiempo y en el espacio. Tuvimos la oportunidad de construir un programa que fuera un entramado en el territorio en el que nos encontramos, con todos los cuerpos con los que hemos interactuado. Creamos un programa que fuese bueno con la comunidad, que involucrara a todas las instituciones posibles”.