Con una inversión inicial de 12.5 millones de pesos, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) lleva a cabo la remodelación del Museo Regional de Sonora, conocida como Antigua Penitenciaría, que permita que las salas estén en óptimas condiciones para dar servicio al público.
El director del Centro INAH Sonora, José Luis Perea, explicó que el edificio era modelo de cárcel porfiriana y hasta 1979 sus celdas alojaron presos de sucesos como la huelga de Cananea la deportación de los yaquis, la persecución religiosa, el antichinismo, la Liga 23 de Septiembre y los movimientos estudiantiles y fue testigo del último fusilamiento en México en 1957.
La Antigua Penitenciaría de Sonora, inaugurada el 15 de septiembre de 1908, fue en gran parte construida con piedra extraída del Cerro de la Campana por indígenas yaqui de los barrios La Matanza y Las Pilas, quienes cortaban la piedra marmoleada para levantar los muros de lo que sería su prisión durante el proceso de deportación al sureste de México.
La obra arquitectónica está constituida por dos edificios, uno de ladrillo que, durante los primeros años, cuando el inmueble funcionó como cárcel, albergó los juzgados, las oficinas de administración y las habitaciones del alcaide, máxima autoridad dentro de la penitenciaría; el otro de piedra estuvo destinado para el área de prisión.
El lugar funcionó como cárcel hasta 1979 y en abril de 1982, el INAH y el gobierno estatal acordaron su restauración para usarlo como sede del Centro Regional del INAH en Sonora y un museo sobre la historia del estado y su sociedad.
La Antigua Penitenciaría porfiriana abrió como museo el 12 de septiembre de 1985 y durante tres décadas ha resguardado el patrimonio cultural sonorense y ha desarrollado proyectos de comunicación educativa, divulgación de investigaciones y exposiciones temporales e itinerantes que lo mantiene como un museo vivo.
A partir de junio de 2018, este inmueble histórico fue sometido a un Macroproyecto de Renovación Integral del Museo Regional de Sonora y Reapertura de Servicios al Público de la Antigua Penitenciaría, cuya primera etapa concluirá en diciembre, aseguró el antropólogo Perea González.