Forjador de Occidente a partir de su conquista de las Galias, un singular estratega militar, el joven abogado que desafió al sector más conservador del Senado de la antigua Roma, maestro de la política de la República, promotor de la cultura y de las bibliotecas y hasta padre del periodismo al crear el acta diurna que informaba al pueblo.
“Julio César es inconmensurable. Es el personaje que más me ha impresionado, porque con él muchas cosas suceden por primera vez en la Historia y esto no es habitual”, confiesa el escritor español Santiago Posteguillo (1967) sobre el político y militar romano que nació en el año 100 y murió en el 44 antes de nuestra era.
Con Julio César, por primera vez en la Historia un abogado joven intenta llevar a poderosos senadores acusados por corrupción. Por primera vez, Roma combate con estrategias militares diferentes, en varios frentes a la vez. Nunca se había hecho un discurso funerario público a una mujer en Roma y él le dedicó uno a su primera esposa, Cornelia”, comenta en entrevista. “A pesar de que ha sido muy novelado, nos interesa conocer más sobre él para aprender de lo que hizo bien y de lo que no. Estaba en todo. Si viviera hoy, sería un tremendo influencer”, agrega el filólogo y lingüista valenciano que actualmente escribe el tercer volumen, de los seis, que integrarán su serie de novelas históricas inspiradas en este gobernante.
Estudio
Quien estudia la antigua Roma desde hace 21 años explica que la primera novela sobre Julio César recrea su juventud como abogado; y, la segunda, narra su ascenso político, hasta llegar a cónsul e iniciar una primera campaña en la Galia. “La tercera parte es casi todo lo que compone su conquista de las Galias; lo que hoy es Suiza, Francia, Luxemburgo, Bélgica, Holanda, gran parte de Alemania y Britania, luego Hispania. Sus varias campañas sucesivas y las rebeliones que tiene que controlar.
Todo este contexto cruzado con lo que supone la vida política en Roma, junto con lo que está ocurriendo en un Egipto todavía remoto, que al final lo acabará cautivando”, detalla. El doctor por la Universidad de Valencia aclara que siempre le interesó la historia. “Y la de Roma, en particular, me parece que tiene muchas conexiones con la situación social y política de hoy. Estamos más conectados con esta época de lo que imaginamos”. Refiere que, “a medida que conozco el mundo romano y las similitudes con nuestra época, pienso que si más gente supiera lo que ocurrió seríamos más exigentes con los que nos gobiernan. Y si nuestros gobernantes conocieran esto, quizá nos gobernarían mejor”.
Quien estudió Literatura Creativa en la Universidad de Denison, en Granville (Ohio, Estados Unidos), y Lingüística y Traducción en Gran Bretaña, está convencido de que los políticos actuales tienen mucho que aprender tanto de los errores como de los aciertos de la antigua Roma.
Cometieron un exceso de violencia política. Pero los políticos del siglo I antes de Cristo tenían un nivel cultural más elevado que la clase política actual. Sus debates en el Senado poseían una oratoria y una dialéctica que los líderes de hoy no durarían. “Hemos aprendido la violencia, pero hemos perdido capacidad crítica. César era capaz de perdonar a su opositor político y ahora lo quieren aniquilar. Debemos aprender que los excesos en la polarización solo llevan al desastre”, dice.