Islas Canarias, maravillas imprescindibles

Son de los territorios con mayor biodiversidad del planeta y con una gran variedad de paisajes: espectaculares volcanes y campos de lava, frondosos bosques y hermosas playas. Te damos motivos para visitar este lugar único

Carnaval de Islas Canarias

Otro de los motivos de peso por los que este archipiélago es mundialmente famoso es por su Carnaval. Los de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria son los más espectaculares y vistosos, con la elección de la Reina del Carnaval y cabalgatas acompañadas de comparsas y murgas y drag queens. Toda una fiesta de color y diversión.

Playas de Jandía (Fuerteventura)

Se dice que en Fuerteventura se encuentran las mejores playas de España. Y se dice, sobre todo, por las de la península de Jandía, enclavadas en el extremo meridional de la isla, donde una impresionante masa arenosa sin obstáculos a la vista alcanza los 30 kilómetros de longitud, siendo en su gran mayoría, playas vírgenes.

El roque de los muchachos (La palma)

En el centro de la isla, el Parque Nacional de Caldera de Taburiente es un circo de ocho kilómetros de diámetro cubierto de vegetación, entre la que se camuflan numerosas cascadas y torrenteras, y enmarcado por altas cimas, donde destaca el Roque de los Muchachos, la más alta con casi 2 mil 500 metros

El teide (Tenerife)

Es el pico más alto de España, con casi 4 mil metros de altura y está catalogado como Parque Nacional. Toda visita a Tenerife que se precie no estará completa si no se sube a este majestuoso volcán. Por el día, las panorámicas son espectaculares, donde se contemplan maravillas como el valle de la Orotava o la gran caldera de las Cañadas del Teide. Por la noche, se convierte en un lugar increíble para contemplar las estrellas.

Isla Graciosa, la isla sin coches

Muchos son los que se olvidan de nombrar a la octava isla del archipiélago canario y La Graciosa merece su sitio. Es todo un paraíso sin estrés, sin polución y sin construcciones industriales que deterioren el paisaje. Poco más de 600 personas habitan en su capital, Caleta del Sebo, el único lugar poblado de esta isla que se puede recorrer prácticamente en su totalidad en bicicleta.

Bosque de laurisilva (La Gomera)

La mayor muestra de laurisilva canaria se encuentra en el Parque Nacional de Garajonay. Uno de esos lugares que hacen retrotaerse a la primigenia naturaleza, pues estos ejemplares vegetales cubren las cumbres desde antes de que la isla fuera poblada por seres humanos.

Parque Nacional de Timanfaya (Lanzarote)

Más de 20 volcanes cubren la superficie de este parque nacional que más parece un tapiz sin vegetación alguna y bajo cuya tierra la tierra alcanza, a menos de diez metros bajo los pies, los 600 grados centígrados. Las sorpresas continúan a medida que se avanza a la zona central de Timanfaya, donde espectaculares géiseres brotan en torno al islote de Hilario.

Bosque de los tilos (La Palma)

Este bosque es una de las joyas naturales del archipiélago canario. Ser la mejor masa de laurisilva de toda la isla le ha valido ser declarado Reserva Natural de la Biosfera por la Unesco. Una buena forma de descubrirlo es seguir la ruta que parte desde los manantiales de Marcos y Cordero y, después de pasar por trece túneles de agua, lleva al Centro de Visitante Los Tilos.

Dunas de Maspalomas (Gran Canaria)

Al sur de la isla de Gran Canaria brota un inmenso arenal protegido que recuerda en pequeño a algunos desiertos africanos y además pasa por ser uno de los espacios más fascinantes del archipiélago. Playas largas de arena blanca, una charca de aguas someras frecuentadas por numerosas especies de aves y un gran palmeral, con múltiples ejemplares de este endemismo canario.

Los miradores de El Hierro

La isla más pequeña del archipiélago canario destaca por su red de miradores naturales, ofreciendo las mejores vistas. Sin duda, el más famoso y recomendable es el mirador de la Peña, en el noroeste de la isla, diseñado por el escultor lanzaroteño César Manrique, con amplias vistas al valle del Golfo y con un restaurante propio. Muy cercano a él, otro de los imprescindibles: el mirador de Jinama, asomado al mar de nubes sobre el valle del Golfo.