Japonés ilustra las culturas prehispánicas
La exposición rinde homenaje a Jorge Olvera, artista e investigador que participó en la primera expedición mexicana a la ciudad maya de Bonampak, en 1947. Cortesía

Rodeado de pirámides, muros pictóricos y relieves arquitectónicos y artísticos, el arqueólogo japonés Akita Akiniko ha consagrado 40 años de su vida profesional a la investigación científica y al trabajo de ilustración para preservar y difundir la grandeza y el esplendor de las culturas precolombinas asentadas en Chiapas, particularmente el universo de los mayas.

Al científico nipón lo conocen como “el japoneco” (japonés-chiapaneco). Como arqueólogo e ilustrador ha realizado trabajos en la zona arqueológica de Yaxchilán, durante los periodos de 1979, 1989 y 1991, cuya labor fue también de enlace histórico- cultural entre México y Japón.

En arqueólogo adscrito al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) combina su trabajo científico con la recreación de monumentos y piezas pétreas. “Son dibujos publicados sobre Yaxchilán, además de otros de Iglesia Vieja y Junchavín”, sostuvo.

Toshiro Culebro es artista plástico, es dibujante e ilustrador de algunas piezas de la zona arqueológica de Bonampak, en las profundidades de la selva chiapaneca.

Contó que una de sus misiones artísticas fue realizar una réplica a escala del muro norte de la cámara dos en Bonampak, el cual “resultó un trabajo muy complejo porque se trataba de una construcción muy deteriorada”, por el paso del tiempo, la intemperie y el rigor del clima lluvioso y caluroso de la selva.

Los dibujos y obras pictóricas de científicos y artistas han preservado y recreado la historia y el patrimonio arqueológico regional, localizado en comunidades y asentamientos selváticos donde surgieron los diversos grupos humanos y culturales de Chiapas. El Museo Regional de Chiapas, en Tuxtla Gutiérrez, exhibe durante éste y el próximo mes la exposición.

“Trazos y Colores” reúne el trabajo de once arqueólogos, arquitectos y artistas plásticos que, con dedicación y perseverancia, reconstruyen con pinceles y lápices el esplendor de la civilización maya en Palenque, Yaxchilán y Bonampak.

Los pinceles y los lápices recrean además imágenes de Junchavín, en Comitán de Domínguez, y de la zona arqueológica Iglesia Vieja, en Tonalá, como también de otros sitios históricos de la entidad. Valente Molina, director del Museo Regional de Chiapas, comentó que la muestra conjunta el trabajo creativo de once investigadores, arquitectos y artistas plásticos.

El dibujo arqueológico, explicó, se utiliza para reconstruir piezas fragmentadas. Con el dibujo “se van completando”; se registran además gráficamente las etapas de las excavaciones.

“Cuando los arqueólogos trabajan en un monumento registran cada etapa que representan las piedras encontradas, la ubicación, el espacio georeferencial y aplican diferentes técnicas en papel, por ejemplo: albanene, con tinta china en escala de grises, con lápiz de colores. Algunos aplican el color del ladrillo rojo intenso, de acuerdo con una escala cromática”, señala.