Javier Solís, una de las voces más privilegiadas de la historia musical en México murió a los 34 años en la cúspide del éxito y los aplausos que ante su sorpresiva partida se convirtieron en lágrimas y lamentos que acompañaron su entierro a la par de los acordes del mariachi que tocaron “Sombras”; ese mismo día se estrenó en las estaciones de radio el tema “Amigo organillero”, para muchos, presagio del trágico final del cantante.

Solís ya iba ser dado de alta cuando un paro cardíaco lo sorprendió el 19 de abril de 1966, siete días antes había sido hospitalizado tras desvanecerse en su camerino mientras cumplía con una presentación en el estado de Michoacán.

Javier Solís sabía montar caballo a la perfección, antes de dedicarse a la música trabajó en varios oficios como el de carnicero cuando vivió en el barrio de Tacubaya, aunque era un amante de box, desechó ese sueño y aprovechó su talento, el cual floreció el día que por necesidad económica cantó en Garibaldi.

Su melodiosa voz popularizó el bolero ranchero con temas como “Sombras”, “Payaso” y “Esclavo y amo” los cuales siguen fascinando a casi seis décadas de su fallecimiento que lo colocan como un artista irrepetible.

“Amigo organillero”

Algunos han culpado al compositor Rafael Carrión de la muerte de Javier Solís, pues le dio a grabar al cantante, días antes de morir, el tema “Amigo organillero”, una canción melancólica que evoca a la muerte.

El mismo Carrión, en entrevista con el programa Historia detrás del mito confesó lo mal que se sintió con lo que se dijo en la prensa de entonces, culpándolo a él por la repentina muerte de Solís. “Qué cosa tan horrible, dijeron por ahí en algunos periódicos que yo había matado a Javier Solís con mi canción por aquello que dice ‘quiero morir, no tengo ya aquel amor tan puro y santo’”, contó.

“Amigo organillero” salió a la venta cuando se velaban y enterraban los restos del cantante en el Panteón Jardín, junto a otros grandes de la música mexicana como Jorge Negrete y Pedro Infante. Un año después de la muerte de Javier Solís, en 1967, su éxito musical seguía por las nubes, pues fueron lanzados dos discos de larga duración titulados Rancheras con Javier Solís y Amigo organillero.

“Amigo organillero”

Arranca con tus notas

pedazos de mi alma,

no importa que el recuerdo

destroce mis entrañas,

tú sigue toca y toca

como un puñal de luto

está clavada en mi

alma aquella noche negra

cuando en mis brazos

sus ojos se cerraron

sus labios muertos

ya nunca más me hablaron

Quiero morir, no tengo

ya aquel amor tan puro

y santo, quiero seguir

al más allá a la

que quiero tanto

En esta noche en

que la muerte espero

sigue tocando

amigo organillero

Quiero morir, no tengo

ya aquel amor tan puro

y santo, quiero seguir

al más allá a la

que quiero tanto

En esta noche en

que la muerte espero

sigue tocando

amigo organillero,

sigue tocando

amigo organillero,

sigue tocando

amigo organillero