El nombre de Jodie Foster fue una especie de ruleta de la suerte ajena a ella, debido a los normalistas que ahorcaron al Centro Histórico de esta ciudad, al colocar sus camiones sobre la avenida que la atraviesa.
En torno a su presencia, comenzaron a circular versiones sobre el evento donde presentaría el filme Vie privee, que protagoniza completamente en francés.
Primero se informó que, debido a la presencia de manifestantes y de los que se hablaba avanzarían por las calles, se estaba pensando en cancelar la alfombra roja por la que desfilaría la actriz y que solo daría unas palabras antes de la función. Después, se dijo que solo daría unas palabras en el teatro Mariano Matamoros, donde se realizan las galas del certamen. Al final Jodie, ajena a todo eso, casi con un aire inocente a lo que pasaba, llegó caminando al lugar, dejando de lado el protocolo de todos los famosos que en días pasados arribaron en autos de lujo.
Llegó sonriente y saludando a la distancia a las decenas de personas que esperaban tras unas vallas. Y pasó por la alfombra para que le tomaran las fotos e ingresar al teatro.
Ya adentro solo presentó el filme ante el aplauso de la gente, dejando entrever la posibilidad de hacer una película en español. “Esta película es de ‘thriller’, misterio, psicológica. La quise hacer en francés porque nunca había hecho una, así que quién sabe, quizá aprenda español y en unos años llegue aquí a hacer una película”, dijo brevemente. Y se retiró.
Tarde de Amores perros
Si hace 22 años a Gael García Bernal le gritaban en esta ciudad que querían “pecar con él” y tener un hijo, a raíz de su personaje en El crimen del padre Amaro, ahora ha sido recibido con los versos cantados de “Quiero que me quieras”, que interpretó en Rudo y Cursi. “Está cabrón cómo emociona a la gente”, dice uno de las cientos de personas que lo vieron llegar a una función especial de Amores perros, película que lo catapultó a la fama hace 25 años.
“Estaba muy joven, tenía 19 años cuando participé en ella y ahora no entiendo mi vida sin la película”, dijo Gael a su paso por la alfombra roja previa a la exhibición. “(La película) me presentó con el cine que se volvió mi vocación, no tanto la actuación. El cine me fascinó, jamás pensé hacerlo, porque (en 1998) éramos chavitos y no se hacían tantas películas”.
El “Charolastra” fue una de las personas que hace dos semanas vio, en el Palacio de Bellas Artes, la reconciliación entre Iñárritu y el escritor Guillermo Arriaga. “Es tan bonito sentir que aquello que hicimos tiene una vida propia y una vida más allá de nosotros”, añadió.