La historia de La niña aburrida surgió de un cuento que el famoso le contó a sus hijas una noche: solía preguntar si querían una lectura o una invención, y siempre ganaba que inventara algo nuevo: “Fue mucha improvisación, tomar cosas de la realidad para desarrollarla”

“Mi hija pequeña me dijo una tarde que estaba aburrida, porque su hermana no quería jugar: de broma le dije ‘ve al espejo y juega con tu reflejo’. Esa idea la usé en la noche para desarrollar esta historia”, cuenta el integrante de Café Tacvba, en cuya bibliografía se encuentran títulos como One Hit Wonder, Cuba Stone y Los desesperados, a los que ahora se suma La niña aburrida (Planeta Junior, 2020), su primer libro infantil.

La aproximación al género se dio de manera muy natural y eso no es exclusivo solo de la literatura, reconoce Joselo, “digamos que la historia de Café Tacvba también se puede explicar así: en el momento en que empezamos a hacer el grupo, vimos que la música que nos salía no solo era un rock anglosajón, sino que estaba mezclado con muchas influencias mexicanas y, entonces, en vez, de detener eso, pensamos en dejarlo fluir”.

Joselo Rangel empieza a hablar de literatura, de su proceso de creación e, invariablemente, termina por reflexionar sobre música, en especial sobre los caminos que suele seguir durante la escritura de las letras de las canciones que llegan a Café Tacvba.

“Fue una sorpresa darme cuenta que la historia queda muy bien para estos tiempos de pandemia y de confinamiento, porque te enfrentas a la necesidad de estar contigo mismo y, aunque estés en familia, terminas por estar solo y este asunto de aburrirse a veces tiene un estigma muy fuerte; si el libro tiene un mensaje sería ese: aprender a estar contigo mismo y aceptar todas las facetas o sentimientos que tenemos”, expresó.

Cuando empezó a poner sobre papel la trama de La niña aburrida, a Joselo Rangel le hablaron de lo difícil que es crear para este sector, pero lo mismo había escuchado sobre el cuento y, “para mí, fue muy natural, no sufrí el hecho de escribir cuentos”, a decir del músico.

“Recuerdo que cuando me ponía el reto de escribir una canción, nunca funcionaba, no es la forma. Uno tiene que dejar que lo que trae adentro fluya: no podemos manipular la creación; habrá gente que sí lo haga, pero en muchas ocasiones no funciona, de lo contrario muchos artistas pop serían más grandes: al público no lo puede engañar”, destacó.

Lo mismo sucede con los lectores, asegura Joselo Rangel y no sabe si es suerte o la manera que tiene de afrontar la literatura, donde más que un reto, “más bien lo escribo y ya después me entero hacia quien está dirigido”.