La frase que Juan Antonio Bayona, director de El orfanato y La sociedad de la nieve, dice durante un rodaje es sencilla: “No lo sé”. Y no es porque le haya faltado claridad en las historias que ha decidido contar en su carrera, sino porque gusta de ir encontrando soluciones en el camino, junto al equipo que le rodea.
Así fue, por ejemplo, para recrear el tsunami que azotó a Tailandia en los primeros años del presente siglo y que sirvió de base para Lo imposible, en la cual trabajó el diseñador mexicano Eugenio Caballero, ganador del Óscar por su labor en El laberinto del fauno. “Le dije ‘J’, y esto cómo lo vamos a hacer. Y respondió, no lo sé”, recordó Caballero durante una clase magistral en el que le tocó entrevistar a Bayona, en el marco del Festival Internacional de Cine de Guadalajara.
El director español rió al recordar el momento. Pero también cuando mencionó que para una escena le pidió al mexicano crear el set más pequeño que haya construido, para meter a dos personajes y proyectaran lo complicado del momento. “Y aún así creo le quedó grande el set”, bromeó Bayona. “Cada película es un viaje, muchas veces la respuesta no está, es algo que pasa seguido. Realmente todo está en contra para hacer una película, puedes hacer un proceso largo de preparación, pero si lo último no lo haces bien, se cae la película. Estuvimos un año trabajando, por ejemplo, para hacer la escena del tsunami”.
Durante los rodajes las cosas muchas veces van llegando de manera fortuita. Para Un monstruo viene a verme no quería terminarla con la muerte de la madre del niño protagonista, pero no sabía cómo terminarla.
Entonces se encontró con un diario de su papá, quien le inculcó el amor por el cine, de cuando prestó su servicio militar en África. En las páginas finales había una serie de boletos de películas y eso le dio una idea. “Acabar con los dibujos, con lo que había hecho (los personajes) y así no se mostraba nada, pero se daba la idea”, apunta.
A veces la naturalidad de los actores le permite captar escenas reales íntimas. En Lo imposible le dijo a un entonces adolescente Tom Holland, que en uno de los diálogos le dijera “te quiero” a Naomi Watts, quien interpretaba a su mamá, pero pensando en todo lo que ella le había ayudado en la actuación. “Entonces Naomi comenzó a tener unos ojos de jitomate (por la emoción y lágrimas) y le dijo gracias. Ahí era Naomi hablando con Tom y era verdad”, narra.
Para La sociedad de la nieve, en la secuencia en que Numa (Enzo Vogrincic) no quiere comer la carne de sus compañeros muertos, decidió solo darle las líneas al actor uruguayo, mientras que el otro que aparecía en escena, debía seguirlo. “El sufrimiento requiere vocabulario”, apunta Bayona.