Juan Rafael Coronel invita a reflexionar

Gente viajando, en movimiento, fuera de su cotidianidad; durmiendo en aeropuertos, tomando fotos o posando, caminando, comiendo, observando. Las imágenes de Juan Rafael Coronel Rivera (1961) invitan a reflexionar sobre la relación entre el hombre y el objeto, sobre esos momentos privados en espacios públicos.

“Soy fotógrafo viajero. Es raro que tome fotos de manera cotidiana, lo hago solo cuando viajo o me muevo. Puede ser un viaje a otro país o al centro de la ciudad” comenta.

El poeta, crítico de arte, ensayista, curador y editor confiesa que le encanta viajar. “No lo padezco, como muchas personas. Desprenderme de lo cotidiano es algo que me da tranquilidad, al revés de a la mayoría”, asegura.

Pero el artista de la lente no regresa con las manos vacías de estos viajes. El libro La plaga (Talamontes Editores), que se presentará el 14 de noviembre en la galería Patricia Conde, reúne unas 90 gráficas en blanco y negro captadas los últimos 25 años.

Es su mirada crítica sobre la realidad, “un análisis visual alrededor del turismo”, dice. Es la respuesta a cómo miramos al otro, cómo nos desplazamos en tierras ajenas, cómo nos comportamos, lo que llevamos en las maletas.

El hijo del pintor Rafael Coronel fallecido en mayo pasado y nieto del célebre muralista Diego Rivera piensa que en la maleta de viaje llevamos los espíritus. “La gente carga con sus muertos, con lo que dejó, con lo que quiere recordar y ahí viene la cuestión de los fetiches. Hay cosas que no son necesarias para el viaje, como una foto, una tela, hasta aromas, un jabón que le recuerda su baño. Se va zurciendo la personalidad con lo que viaja”, añade.

De igual forma, detalla que en el volumen hay una imagen que le gusta mucho, llamada Poema. “Es el parabrisas de un coche y lo que se ve adentro: un caracol, un libro abierto, una flor marchita, pues precisamente esa persona fue recopilando eso que le daba un estado de seguridad en el viaje”, indica.

En la antesala de sus 60 años, el artista desea dedicarse a propuestas creativas propias. “Estoy muy contrariado conmigo mismo por haberme distraído. Cuando hago cuestiones externas, le llamo lavar ajeno, una labor contratada por un tercero. Pero ahora quiero regresar a mi orden, retomarme”, asevera.

Así, ya elabora tres libros de foto, dos sobre aves y uno sobre el paisaje, las montañas y el volcán Popocatépetl.