Kanye demandará a su dentista

El rapero Kanye West y su esposa Bianca Censori se están preparando para iniciar una demanda contra un reconocido dentista de Beverly Hills, quien en enero le colocó al artista unas prótesis de titanio en la boca, valoradas en 850 mil dólares.

Ambos aseguran que el especialista provocó en West una adicción al gas de la risa, conocido como óxido nitroso, cuyo uso excesivo puede causar una deficiencia de vitaminas que afecta los nervios de la médula espinal.

Según un comunicado de prensa obtenido por Page Six, el intérprete de “I wonder” y la arquitecta australiana notificaron formalmente al médico Thomas Conelly por presunta mala praxis médica, explotación, negligencia grave, así como por la administración imprudente de sustancias controladas y no controladas, entre otros cargos.

El documento también señala que, en la primavera de 2024, el doctor habría intentado apoderarse de la marca de moda y música Yeezy LLC, mientras “incapacitaba a su titular”, Ye, como se hace llamar el artista, mediante un “coctel de sustancias controladas y no controladas”.

Asimismo, se indica que Conelly le cobraba al rapero 50 mil dólares al mes por el uso de óxido nitroso. Se mencionan además lesiones, daños neurológicos y físicos, trauma psicológico y emocional, así como una dependencia química que requirió tratamiento, además de pérdidas económicas, afectación en su vida conyugal y perjuicios financieros.

La adicción de Kanye al gas salió a la luz en agosto pasado, cuando su representante, Milo Yiannopoulos, lo compartió públicamente. Afirmó en la plataforma X que el médico lo llevó a desarrollar esa dependencia con el objetivo de “sacarle millones de dólares”, y que al descubrir el presunto fraude, intervino. Esta acción habría molestado a West y a llevó Yiannopoulos a renunciar.

El representante calificó a Conelly como un “depredador” que ponía diamantes falsos en la boca a celebridades afroamericanas. Reveló que presentó una queja formal ante la Junta Dental de California. En esta, lo acusó de cobrarle a Ye 50 mil dólares por el uso recreativo del gas y de seguir administrándoselo incluso cuando comenzó a mostrar “síntomas preocupantes que generaron comentarios y alarma generalizada”.