Luego de que el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) diera luz verde a la circulación del libro Todo a la luz, el cual está basado en el expediente del “clan Trevi-Andrade”, ya está en camino un segundo tiraje, tras agotarse el primero.
La autora, Karla de la Cuesta, dijo que la decisión del IMPI fue de total respeto al derecho de difundir la verdad sobre un caso que, paralelamente, muestra la violencia que hubo por parte de las autoridades hacia las víctimas.
Todo a la luz salió a la venta el pasado 20 de agosto, pero la cantante Gloria Trevi promovió la prohibición del material por su derecho de imagen, y conseguido medidas provisionales en contra de la editorial Penguin Random House.
El lunes pasado, el IMPI determinó que dichas medidas eran una censura previa al material basado en el expediente total del caso. “Hay 11 víctimas que declaran en este expediente y se agregan otros tres casos que no son oficiales, pero sí públicos. Imaginen silenciar las voces de las víctimas en aras de la necesidad de una marca de protegerse”, subrayó De la Cuesta.
“(El Instituto) toma una decisión acertada conforme a Derechos Humanos, porque es del entendido de todos que la libertad de expresión es un derecho humano que no puede ser coartado y que la censura previa está prohibida, además de que las y los mexicanos tienen derecho a la información, las víctimas tienen derecho a la verdad, entonces por donde se vea, era a todas luces una solicitud imprudente y además arbitraria”, consideró.
La propia entrevistada fue víctima del “clan”, al que entró bajo la promesa de iniciar en el mundo del espectáculo. Durante varios años, junto con otras jóvenes, vivió prácticamente encerrada en un cuarto a donde les llevaban comida, solo saliendo a tomar clases y trabajar sin descanso. Todo a la luz comenzó su hechura hace siete años cuando, con abogados y activistas, se solicitó el expediente.
“Ha sido un trabajo arduo el darme cuenta cuál era el ‘modus operandi’ de esta asociación, pero además entender con toda claridad las omisiones del Estado mexicano. El libro es un análisis del caso, pero también de cómo las sentencias absolutorias que hace la autoridad judicial de Chihuahua son incongruentes con lo que las víctimas dicen”, indica. “Por ejemplo, algo grave fue que solo se juzga por una víctima y no por todos los delitos, no se abren las carpetas de averiguación de ese entonces por las otras diez víctimas que replantean delitos. Este caso todavía tiene mucho por delante”.
La abogada y activista señaló que del libro, que está por sacar su segunda edición, no tiene pensado elaborar un segundo volumen, lo que si buscará es concretar que su historia y el de las demás mujeres violentadas lleguen a un audiovisual, para el cual ha habido ya invitaciones, aún sin concretado.
El pasado 8 de marzo, ella y 11 víctimas llevaron el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que es un organismo encargado de juzgar a los países. “Estamos entregando toda la documentación necesaria, sabemos que son procesos tardados, pero lo estamos acelerando al entregar todo, cuando normalmente las pruebas se entregarían después”, detalló.