La escritora Beatriz Espejo recibirá un homenaje
En la sala Manuel M. Ponce rendirán homenaje, este domingo, a la escritora. Cortesía

Beatriz Espejo confiesa que ha confeccionado su trabajo literario a la vez con humildad y soberbia. “Humildad porque sabes que antes de ti ha habido grandes escritores y debes tenerla para acercarte a la literatura y pensar que puedes ofrecer algo interesante. Y soberbia porque, a pesar de todo, lo haces, insistes, pues no sabes hacer nada más”, señaló.

Alumna de autores como Julio Torri, Juan José Arreola y Rubén Bonifaz Nuño, la narradora veracruzana que ha explorado sobre todo el cuento y el ensayo admite que, ahora que acaba de cumplir 80 años, lo que más desea es que los mexicanos redescubran su obra, que la conozcan en su totalidad.

Por esta razón, detalla en entrevista con Excélsior, pidió al INBA que titulara Leyendo a Beatriz Espejo el homenaje que se le rendirá por su trayectoria este domingo, al mediodía, en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

“No quería cumplir tantos años, por los achaques que vienen, pero también estoy consciente de que cada etapa de la vida es importante. Sin embargo, el mejor homenaje es que lean mi obra”, afirma en su cubículo del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM.

La doctora en Letras Españolas por la máxima casa de estudios del país, donde da clases, destaca que, desde la publicación de su primer cuento, “La otra hermana”, en 1958, descubrió que le gustaba explorar como tema a la mujer y sus condiciones sociales, su contexto histórico.

“La mayoría de mis personajes o narradoras son mujeres, pues las conozco mejor y puedo alcanzar mejores logros, ya que los hombres son un enigma para mí. Los conflictos que enfrentan las mujeres ha sido el detonador en algunos de mis títulos. Me interesa hurgar en sus circunstancias, en el mundo de los hijos, en su falta de información y los problemas que ellas traen a cuestas”, explica.

No obstante, continúa, esto no significa que su obra literaria sea femenina o feminista, como en ocasiones se le ha clasificado. “Estoy absolutamente en contra de que la cataloguen así, porque no lo es; es obvio que está escrita por una mujer, pero lo que me interesa es que acuse una buena literatura, que sea de calidad”, opinó.

Quien en 1959 fundó, a partir de un equipo femenino, la revista literaria El Rehilete, que ella dirigió tres de los diez años de vida de la publicación, acepta que, aunque ha publicado las novelas Todo lo hacemos en familia (2001) y ¿Dónde estás, corazón? (2014), sus géneros favoritos son el cuento y el ensayo

La autora de Muros de azogue (1979) y Alta costura (1997) añade que no se siente parte de ninguna generación de escritores. “He hecho mi trabajo en solitario. Tengo amigos, pero a la hora de escribir y publicar me he valido de mí misma”.

Indica que, entre sus planes creativos, pretende terminar su novela Los eternos dioses, que le premiaron en el Centro Mexicano de Escritores, donde estuvo becada en 1970, y en El Colegio de México, pero que nunca pudo finalizar, porque “no he encontrado el hilo conductor de una serie de personajes que desembocan en la muerte de otros”. Además, escribe diversos ensayos que publicará el sello Editores Mexicanos Unidos