La eternidad en la obra de Leal Audirac

La eternidad en la obra de Leal AudiracEl Museo José Luis Cuevas alberga la muestra. Cortesía

La mirada renacentista del pintor, dibujante, grabador, escultor y diseñador Fernando Leal Audirac (CDMX, 1958) será presentada en la exposición “La monumentalidad de lo íntimo”, que se inaugurará el 20 de junio en el Museo José Luis Cuevas, en la Ciudad de México, con 35 obras de gran formato, de reciente factura, en las que empleó técnicas antiguas como temple de huevo y grafito, temple a la cera, temple de huevo con barras de óleo y temple a la cera-caseína con barra de óleo.

La obra de Leal Audirac es inclasificable. Sin embargo, sus piezas sostienen un diálogo, casi un murmullo, de su lectura del Guernica, de Picasso y La gran ola de Kanagawa, de Hokusai, del arte moderno que inició su padre, Fernando Leal con el muralismo mexicano y el trabajo de José Luis Cuevas. Es la suma de la teoría poética que va de Hölderlin a Rilke, y, por tanto, sus pinturas caminan sobre la hoja en blanco de Mallarmé y siguen la senda del minimalismo, del intimismo y la simultaneidad.

“La exposición se titula ‘La monumentalidad de lo íntimo’. Este oxímoron nos habla de esa relación de proporciones, entre lo humano y lo cósmico, la eternidad y el instante. El instante lo consideraríamos casi lo mínimo, lo más íntimo, y la eternidad pues lo absoluto. Sin embargo, eternidad e instante carecen de medida. Ambos son infinitos. Entonces, esta muestra —que celebra los 33 años de este recinto museográfico— es un diálogo de las artes plásticas para mí, que se dividen entre Oriente y Occidente, dibujo y pintura”, explica.

El artista señala que Cuevas fue un extraordinario dibujante que llevó el arte del dibujo a una autonomía independiente de la pintura, ante lo cual, su trabajo pictórico podría definirse como obras pictóricas y gráficas-pictóricas, “que pueden leerse como dibujísticas o pictóricas”.

Además, reconoce que a menudo su producción artística integra diversos estilos, “lo cual a veces confunde a los críticos y a los espectadores, ya que no reconocen que sean obras del mismo autor.

Y esto ocurre porque no se dan cuenta que hay un hilo conductor, en donde el artista expresa de forma distinta un concepto central. Es como si quisiéramos circunscribir la obra de un autor y no la reconociéramos porque escribe ensayo, poesía, prosa y periodismo”.

Leal Audirac explica que desde sus inicios apostó por un trabajo de múltiples voces. “Aunque esta exposición tiene una diferencia respecto de otras que he realizado, en donde sí existe la dicotomía o la pluralidad de voces, similar a la invención que hizo Fernando Pessoa con sus cinco heterónimos, que, en realidad, eran cinco poetas, no solo cinco pseudónimos, sino cinco estilos, psicologías y formas de pensar la poesía”.

Así que en “La monumentalidad de lo íntimo”, “una de las características es su gran unidad estilística, a diferencia de las otras en las que ha aprovechado esa pluralidad”.

El espectador, parte de las obras

El artista explica que su obra también juega con la capacidad interpretativa del espectador. “El espectador es parte de la obra. Es decir, no se puede saber dónde inicia la pieza ni es posible apreciarla de la misma forma según de donde se vea. Esto hace que estas sean imposibles de reproducir y de transferir a otro medio”, afirma.

Esto significa que la apuesta del creador es que la forma final de la obra se complete en la mente del espectador. “El artista solo presenta fragmentos —de ahí la intimidad— de algo monumental o trascendental. En estos cuadros usted encontrará ese minimalismo después de haber pasado por una especie de etapa neobarroca, neorrococó y no sé cuántas cosas más… pero la pintura siempre es autorreferencial, tal como sucede en la literatura”, concluye.

Hijo de Fernando Leal (1896-1964), cofundador del movimiento muralista mexicano de la década de los años 20 del siglo pasado, Leal Audirac fue el primer artista de su generación en exponer en el Palacio de Bellas Artes en 1993. Además, ha participado dos veces en la Bienal de Venecia y su obra ha sido expuesta en galerías y museos de prestigio en Europa, EE. UU., América Latina y el Extremo Oriente.