La inspiración se nutre de literatura

El 6 de mayo del 2019, Édgar Núñez Jiménez recibió una noticia que marcaría el inicio de su trayectoria literaria en el mundo de la minificción. En aquella ocasión, el narrador compartió por medio de Facebook que había obtenido el segundo lugar de la convocatoria Memes Breves, gracias a su texto “Un niño de unos cinco años”.

Luego de esa distinción, optó por aprender más del género y seguir aplicando para otros concursos, lo que le permitió ser parte de antologías como Los excéntricos y Diversidad(ES). Minificciones alternas (2020), entre otras.

En entrevista, habló de su trayectoria, de su inspiración para crear historias y de sus metas como escritor.

¿De dónde te inspiras para crear tus textos?

En mi caso, trato de alimentarme de todas las aristas posibles. Dickens, por ejemplo, se inspiraba caminando, platicando con las personas de las calles, viendo el mundo correr. Y yo cuando salgo a la calle siempre veo, escucho y siento, porque la inspiración a veces brinca de allí.

Otras veces las ideas llegan cuando termino de ver una película, leer un libro, ver un cuadro o conocer la biografía de un escritor. La literatura siempre se nutre de literatura y también de bucear en nosotros mismos, en nuestros recuerdos, en lo que nos duele, en las obsesiones, en esa magia pasada que no vamos poder recuperar sino es a través del recuerdo.

Cuando digo que la literatura se nutre de literatura no me refiero solamente a la escritura sino también al cine, la pintura, el teatro, la música, etcétera, porque al final todos esos medios cuentan algo de lo cual te alimentas.

Recientemente has aparecido en algunos libros. ¿Cuáles son y cómo te sientes al respecto?

Sí, me han seleccionado en varios libros nacionales e internacionales desde el 2019 y aún me cuesta creer la repercusión que se ha ido generando. En Argentina fui seleccionado para aparecer en Brevísimos; en Chile, aparecí en dos bestiarios titulados Gatos y Perros II, de Ediciones Sherezade, que lidera con mucho atino Lorena Díaz Meza.

Aquí en México aparecí en Identidad(ES). Minificciones alternas, una antología compilada por Vimarith Arceaga-Aguilar, Diana Hernández Meza y José Manuel Ortiz Soto. Recientemente, José Manuel Ortiz Soto me incluyó en la Antología Virtual de Minificción Mexicana, y también fui seleccionado por la Universidad de Guadalajara para el libro Minificciones desde el encierro.

Toda esa repercusión me ha ayudado a confiar en que el compromiso y el silencio, que es donde maduran tus ideas, no tardan en dar frutos. En verdad, nunca imaginé que mi trabajo tuviera esa aceptación en otros países y tampoco me había sentido tan expuesto.

¿Has intentado incursionar en algún otro género literario?

He intentado escribir cuentos largos; ese siempre fue mi objetivo inicial. En el 2020 salió publicada la antología Los excéntricos, cuyo trabajo de selección estuvo a cargo de Miguel Alberto Ochoa García, editado por Lapicero Rojo Editorial. En dicho libro apareció un cuento mío titulado “Cierta inclinación de la luz”.

Por otro lado, me gusta leer poesía pero no la escribo, y todavía no me aventuro a escribir una novela. Lo que sí me gusta realizar son las entrevistas; me gusta ese calor humano y esa intimidad que se genera en el diálogo, ir deshilvanando poco a poco lo que la otra persona está dispuesta a contarte. Publiqué unas entrevistas también el año pasado en la revista Jovel y en el periódico Portavoz, medios en donde colaboré de manera muy breve.

¿Cuál es tu sueño o meta como escritor?

Bueno, no sé si como escritor, porque esa palabra es muy grande aún para mí, pero sí tengo una meta como persona y esa es la de hablar y escribir con verdad. Es decir, tratar de escribir cuando tenga algo que decir; cuando, al igual que Pizarnik, tenga que pulverizarme los ojos al mirar a la rosa. No sé, en eso creo.