La lectura no es un lujo: Felipe Garrido

La lectura no es un lujo: Felipe GarridoGarrido dio lectura a su ensayo “Tiempos aciagos”, en el que aborda esta problemática. Cortesía

“En cualquier campo debe buscarse los mecanismos que hagan falta para estar al tanto de los resultados netos, tal como sean, no manipulados de alguna manera para favorecer cierta corriente o cierta posición”, afirma Felipe Garrido, el escritor, estudioso del fomento a la lectura e integrante de la Academia Mexicana de la Lengua (AML).

El intelectual fue parte de una charla que dictó en las redes sociales de la AML, en donde dio lectura a “Tiempos aciagos”, un ensayo en el que señala que los datos en lectura y libros leídos en México muestran que “la situación es grave y todo indica que seguirá empeorando. Es urgente rearmar el sistema educativo: constituye nuestros cimientos”.

Garrido cita estadísticas del Módulo sobre lectura (Molec) que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) para dar cuenta del comportamiento lector de la población mexicana en los últimos diez años, y apunta que de 2015 a 2025, el porcentaje de lectura disminuyó 14.6 % con respecto a la década inmediatamente anterior; el tiempo promedio de lectura a nivel nacional es de 42 minutos (menor a la duración de series o programas de televisión) y en 2024 el promedio anual de libros leídos fue de 3.2.

Necesidad de ser un país de lectores

El escritor y promotor de lectura subraya la necesidad de que México sea un país de lectores, no solo una nación de personas alfabetizadas, tal como lo sustenta en su libro Sin comprensión no hay lectura, que forma parte de la colección Manuales que edita la Academia Mexicana de la Lengua.

“Hay un momento en que uno tiene que saber cuál es la temperatura de un paciente. No puede estarse engañando con eso. Y en el caso de la educación es muy importante buscar esa información y que esa información sea lo más veraz posible, lo más exacta posible”, afirma el escritor, quien apunta que lo que nos convierte en seres humanos es el lenguaje. “No es un lujo la lectura. Es una manera de ser de nuestro lenguaje”.

Dice que el lenguaje es hablado y el lenguaje es escrito, y cada uno tiene sus cualidades y sus ventajas, pero “está claro que un mexicano no se ha realmente adueñado de su lenguaje sino domina el lenguaje hablado y el lenguaje escrito”.

Afirma que aprender a leer y a escribir y a entender lo que se lee no es un adorno, no es algo que se obtenga después. “Es un problema de vida o muerte. Es decir, si los niños no leen, los estamos condenando a un futuro muy complicado. Porque estamos en competencia con todas las demás naciones de la Tierra y en algunas de ellas se atienden muy bien esta necesidad de convertir en lectores a todos sus ciudadanos”, indica .

El académico de la lengua y profesor de la UNAM recientemente condecorado por su trayectoria refiere que, en nuestro país, “eso ha sido descuidado desde la fundación misma de la Secretaría de Educación Pública. Nuestro primer secretario de educación pública, José Vasconcelos, con tantos méritos como los que tiene, tiene también un terrible defecto: inventa las campañas de alfabetización. Y las campañas de alfabetización son una manera de engañarse. Porque si la meta es solamente la alfabetización es como trabajar para nada, porque la alfabetización no capacita a nadie para hacer algo especial con el lenguaje escrito. La alfabetización es una etapa necesaria en la formación del lector, pero no es una meta”.

Señala que, a estas alturas, más de 100 años después de fundada la Secretaría de Educación Pública, hay gobiernos estatales, gobiernos municipales, escuelas creyendo que la alfabetización es una meta: “Y hay programas de alfabetización para adultos que son una trampa, porque esos adultos alfabetizados no pueden beneficiarse de lo que les podría dar el manejarse a profundidad con el lenguaje escrito”.

Sobre uno de los varios datos estadísticos que cita en Sin comprensión no hay lectura, Garrido, afirma: “Una de estas cifras ya medio viejas que cito y que en estos días estoy buscando actualizarla, es que en el año 2010 teníamos 4 millones de lectores y 30 millones de alfabetos no lectores. Yo creo que esas cifras han empeorado; es decir, que ahora la diferencia debe ser todavía mayor”.

Dice que lo único que hemos conseguido en México es que afortunadamente la mayoría de las niñas y de los niños en México asisten por lo menos a la educación básica. “Eso es un logro, por supuesto, que el país ha alcanzado a lo largo del tiempo y que ha mantenido. Pero no basta eso. Llegar a alfabetizarse en la escuela y quedarse en la mera alfabetización es una especie de crimen social. ¿Para qué hicieron la primaria esos niños si no fuimos capaces de convertirlos en lectores durante los 12, 13 años que casi todos los niños y niñas pasan encerrados en la escuela?”, abunda.

“Eso es un fracaso monumental en nuestro sistema educativo. Y deberíamos tomarlo en serio. Por supuesto, la pieza más importante en esta cadena son los maestros. Porque siempre pensamos en los niños cuando hay que poner a leer a los niños y hay que alfabetizar a los niños y hay que convertir en lectores a los niños. Bueno, pero antes que los niños están los maestros. Y si los maestros no han sido formados como lectores y no son capaces de aprovechar las inmensas ventajas que le da a una población el ser lectora, difícilmente van a poder convertir en lectores a sus alumnos”, considera.

Felipe Garrido señala que un lector es alguien que sabe que lo más importante frente a un texto es entenderlo, no repetirlo. Porque solemos repetir muchas veces textos, pero no sabemos muy bien ni lo que estamos diciendo.