La masculinidad que el cine no muestra

La tarea consiste en pintar una línea amarilla, de más de 200 kilómetros, en una carretera que une San Jacinto y San Carlos, dos ciudades potosinas, y todo debe concluirse antes de 15 días, que es cuando inician las lluvias.

La delgada línea amarilla es una road movie estrenada en 2015, que muestra una cara de la masculinidad muy poco abordada en el cine mexicano, la de la sensibilidad, esa a la que la vulnerabilidad no le resta fuerza.

Mientras lleva a cabo su labor, este grupo de cinco hombres, cuatro maduros y uno joven, además de una perra, coinciden en tener personalidad solitaria, y sin querer también se enfrentan a sus pensamientos, recuerdos, culpas y a sus deseos no alcanzados.

La cinta dirigida por Celso García tiene chispazos de comedia que rompen esa atmósfera de pesadumbre que el paisaje desértico potosino ofrece, pero que también es marco para que los personajes viertan críticas sociales a su entorno, a su situación económica, al desempleo y a la desesperanza ante una crisis que igual que su rol de macho fue heredado hace generaciones.